El pais
SUSCRÍBETE

Llegó la normalidad

Acompañada de la caída vertical de las estadísticas de contagios y muertes por el coronavirus, la medida significa que la ciudad ha dejado atrás la pesadilla que empezó hace dos años y causó una tragedia por su rápida e incontrolable difusión del contagio.

12 de mayo de 2022 Por: Vicky Perea García

Con el cumplimiento de los porcentajes fijados por el Gobierno Nacional, Cali se acerca al final de la pandemia y al pleno regreso de la normalidad. Una gran noticia que sin embargo no puede llevar a descuidos frente al Covid-19, un enemigo de la salud que llegó para quedarse.

Ayer, las autoridades municipales informaron que la ciudad había llegado al 75% de sus habitantes con dos vacunas y al 42% que ya recibieron las tres dosis, parámetros establecidos por el Ministerio de Salud como requisitos para levantar más restricciones. Ello significa que a partir del próximo fin de semana ya no se exigirá el uso de mascarillas de protección en lugares cerrados ni la presentación del carnet para tener acceso a ellos.

Acompañada de la caída vertical de las estadísticas de contagios y muertes por el coronavirus, la medida significa que la ciudad ha dejado atrás la pesadilla que empezó hace dos años y causó una tragedia por su rápida e incontrolable difusión del contagio. Además de la incontable cantidad de personas contagiadas que superaron esa amenaza, más de quince millones en el mundo, 139.821 en Colombia y 15.049 en el Valle son la muestra fehaciente de su capacidad de daño y el efecto que tuvo en todas las sociedades.

Pero la respuesta que permitió encontrar la vacuna en diez meses, así como la capacidad de distribuirla en menos de un año, consiguió contener la embestida del que ha sido el mayor enemigo de la humanidad en los últimos cien años, sólo comparable a la llamada fiebre española de principios del Siglo XX. Lo cual no debe llevar a ignorar la importancia que tuvo la aplicación de medidas drásticas como el aislamiento social y, ante todo, la adopción de prácticas como el uso del tapabocas, el aumento en las medidas de higiene y la toma de precauciones que interrumpieran la contaminación.

Esa historia, una verdadera pesadilla para la economía y sus consecuencias en el aumento de los problemas sociales como el desempleo y la pobreza, o de impactos sicológicos para la población, hoy parece cosa del pasado. Y debe reconocerse que tanto las autoridades nacionales como las del Valle y de Cali actuaron desde el principio con decisión para enfrentar la amenaza y defender la salud de un virus desconocido y desconcertante.

Con el anuncio de ayer se puede palpar ya el retorno a la normalidad plena, aunque debe reconocerse que desde hace un año se había empezado a producir un importante relajamiento en las restricciones que le permitieron al país recuperar su actividad. Ahora, los caleños ya no tendrán las prevenciones que en buena hora adoptaron las autoridades para proteger a nuestra sociedad y la normalidad se convierte en la mejor noticia, luego de muchos meses de temores, angustias y no pocas tragedias que enlutaron a muchas familias al arrebatarles la salud a sus seres queridos.

Pero también es cierto que el covid llegó para quedarse. Y aunque existan ya muchas maneras de prevenirlo y atender sus consecuencias, no es momento para decir que el peligro está superado. Por eso hay que estar atentos y tener cuidado para impedir que regrese la pesadilla.

AHORA EN Editorial