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La visita de la CIDH

Por ello es necesario que la delegación de la CIDH escuche al Gobierno que tienen la obligación de defender la vida, honra y bienes de todos los colombianos, así como las explicaciones sobre las decisiones y medidas tomadas

7 de junio de 2021 Por: Editorial .

Luego de la visita de la Canciller de Colombia a la Organización de Estados Americanos, y de despejar las confusiones que pudieron presentarse acerca de una invitación a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a nuestro país, empezaron a llegar los delegados de ese organismo. Durante los próximos días, ellos tendrán la oportunidad de escuchar y constatar la manera en que nuestras instituciones de gobierno, Justicia y control han actuado durante las cinco semanas que lleva el llamado paro nacional.

En su estadía, los miembros de la CIDH podrán escuchar sin cortapisas y de manera directa las quejas, denuncias y afirmaciones de quienes han establecido un movimiento que durante 42 días ha alterado la vida de los colombianos. También tendrán contacto directo y libre con los miembros de los partidos de oposición y con aquellos aspirantes a la Presidencia de la República y dirigentes políticos interesados en tratar de deslegitimar la actuación de nuestras autoridades en el control que deben aplicar para evitar los desmanes, el terrorismo y el vandalismo.

También tendrán la oportunidad de escuchar a los voceros de todos los organismos creados por nuestra Constitución para vigilar la actuación de esas autoridades, proteger los derechos humanos de quienes vienen realizando la protesta social y asegurar que los funcionarios y servidores públicos que cometan violaciones y abusos serán procesados, enjuiciados y sancionados en caso de ser hallados culpables.
Procuraduría, Contraloría, Fiscalía, Defensoría del Pueblo y todos los alcaldes y gobernantes locales y regionales podrán ser escuchados por quienes, se supone, llegan a Colombia en busca de la verdad objetiva sobre lo que está sucediendo.

Es claro que aquí se ha producido un estallido de protesta social. Pero también es cierto que a su alrededor se han cometido crímenes contra los Derechos Humanos de millones de personas a las cuales les han bloqueado los suministros de alimentos, combustibles y productos indispensables para el trabajo. Además, se han registrado ataques contra las misiones médicas, extorsiones en las calles y vías neurálgicas del país y atentados contra el transporte y la infraestructura nacional.

Por ello es necesario que la delegación de la CIDH escuche al Gobierno que tienen la obligación de defender la vida, honra y bienes de todos los colombianos, así como las explicaciones sobre las decisiones y medidas tomadas, entre las cuales se encuentra el uso de la Fuerza Pública para ejercer ese deber constitucional. Así conocerán cómo opera el Estado de derecho en Colombia, de qué manera actúan los entes de control en la protección de los derechos humanos y el compromiso de las instituciones con la legalidad y el respeto a la constitución.

La visita de la CIDH será una gran oportunidad para que la comunidad internacional reconozca la vigencia de la democracia en Colombia. Ojalá, la imparcialidad y no las ideologías o las amistades se hagan presentes para que esa oportunidad sea aprovechada por nuestros ilustres visitantes en cumplimiento de su misión como guardianes de la justicia en el continente.

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