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La trampa del Sisbén

"La información de Planeación Nacional es una radiografía de lo que está sucediendo en el Sisbén, en el cual se pierden a cuentagotas billones de pesos destinados a combatir la pobreza. Por eso es urgente revisarlo y realizar los cambios que se requieren para combatir una de las formas de corrupción más pequeñas en forma individual pero más demoledoras para la sociedad".

5 de noviembre de 2015 Por:

"La información de Planeación Nacional es una radiografía de lo que está sucediendo en el Sisbén, en el cual se pierden a cuentagotas billones de pesos destinados a combatir la pobreza. Por eso es urgente revisarlo y realizar los cambios que se requieren para combatir una de las formas de corrupción más pequeñas en forma individual pero más demoledoras para la sociedad".

Las cifras no mienten. Según el Director de Planeación Nacional, el Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales es un colador a través del cual se pierden recursos de inversión social que parecen incalculables.Mejor conocido como el Sisbén, el programa arrancó en 1993 como una forma de enfrentar el grave problema de la pobreza en Colombia. Como sistema de información, es en realidad un censo mediante el cual se identifica a las personas que necesitan del subsidio y el apoyo estatal para superar su situación, en materias como la vivienda, la salud, la educación y la nutrición.Si ese sistema mostrara la realidad, en él estarían registrados menos del 45% de los colombianos, los que están en situación de pobreza o de pobreza extrema. Y debería reflejar en forma automática los beneficiarios que superan los umbrales, los que mueren o viajan al exterior. Esa labor debería realizarse por el Estado, cruzando la información que se produce en dependencias como las notarías, las que verifican los aportes parafiscales o los que recaudan impuestos sobre la propiedad o sobre las rentas.Pero la situación es por lo menos impactante. Según el doctor Simón Gaviria, director de Planeación, 75% de la población nacional, es decir, 37 millones de colombianos están afiliados al sistema. Y aunque sólo 23,2 millones, la mitad de los colombianos, reciben algún tipo de subsidio, sobre todo el de salud, aparecen 635.000 haciendo trampa, 457.000 de los cuales después de muertos siguen cobrando subsidios que se les pagan a sus familiares. Y qué decir de quienes tienen ingresos mayores a los $3,8 millones o poseen bienes raíces, lo que los obliga a retirarse del Sisbén. Pues, según el doctor Gaviria, “Hubo casos en los que evidenciamos que padres de familia tenían ingresos superiores a los 6 millones de pesos, beneficiándose junto con su familia de los servicios del Sisbén”. Es decir, la trampa para defraudar al erario, aprovechando las grietas que tiene el sistema.En efecto, el Sisbén es manejado por las alcaldías, lo que permite que el clientelismo use de él. Basta mirar los datos del Valle para imaginar lo que está sucediendo: aquí existen 60.767 muertos cobrando subsidios, y se cuentan por miles los afiliados que en muchos municipios no registran sus verdaderos ingresos, la educación, la vivienda en que habitan y los ingresos familiares.Por supuesto que la responsabilidad no recae sólo en los municipios. Pero esas son las instituciones que deberían evitar la trampa de los que ordeñan de manera sistemática las arcas públicas, muchos de los cuales son personas que superaron el umbral de la pobreza gracias al Sisbén pero se niegan a permitir que otros colombianos reciban ese beneficio. La información de Planeación Nacional es una radiografía de lo que está sucediendo en el Sisbén, en el cual se pierden a cuentagotas billones de pesos destinados a combatir la pobreza. Por eso es urgente revisarlo y realizar los cambios que se requieren para combatir una de las formas de corrupción más pequeñas en forma individual pero más demoledoras para la sociedad.

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