El pais
SUSCRÍBETE

La realidad del cambio

Si bien en el Valle y en general en Colombia están relativamente protegidos y esos cambios en las temperaturas no son catastróficos, en otras partes del mundo el clima está causando tragedias impensables.

12 de septiembre de 2021 Por: Editorial .

El cambio climático es una realidad. Más allá de cuál sea su origen y hasta dónde la humanidad debe asumir la responsabilidad por lo que le corresponde, lo importante es lo que está sucediendo y cómo la gente tendrá que adecuarse. Un verano atípico y la alta probabilidad de que llegue un nuevo y fuerte fenómeno de La Niña son ejemplo de ello.

Hay que ver cómo han sido los meses de junio, julio y agosto en Cali, que según el calendario meteorológico son los más calurosos del año en esa parte del hemisferio. Aunque la temperatura superó los 30 grados centígrados en algunos días, en otros los termómetros han marcado 18 y hasta 16 grados mientras los vendavales han arreciado, lo que significa algo inusual para una ciudad acostumbrada en esta época al tiempo seco y a superar los 35°C. Esas son algunas manifestaciones de la transformación del clima y una alerta para estar pendientes de lo que pueda suceder.

Si bien en el Valle y en general en Colombia están relativamente protegidos y esos cambios en las temperaturas no son catastróficos, en otras partes del mundo el clima está causando tragedias impensables.
Como las ocurridas en Canadá y la costa oeste de los Estados Unidos, donde hace un par de meses algunas ciudades llegaron a marcar 46 grados y los incendios se llevaban por delante pueblos enteros. En Europa, mientras tanto se ha pasado de las inundaciones y los desastres causados por los aguaceros torrenciales en países como Alemania y Bélgica, a calores extremos en España, con conflagraciones que duran semanas y arrasan lo que encuentran a su paso. Nada diferente a lo que viven Asia o África.

Aunque en Colombia nos podemos dar por bien servidos frente a lo que sucede en otras naciones, estamos en el deber de ayudar a que el cambio climático disminuya su velocidad y cause menos estragos. La Niña es un ejemplo de lo que puede suceder, porque si bien es un fenómeno conocido ahora se presenta con más frecuencia y sus efectos están siendo más devastadores.

Según la predicción de los meteorólogos, hay un 70% de probabilidades de que La Niña reaparezca en las próximas semanas en el país. Aunque sean solo pronósticos que a veces se equivocan, hay que prepararse para que no ocurra lo mismo que pasó hace una década, cuando la mayoría del territorio nacional padeció sus efectos devastadores. Desde entonces en muchas comunidades las lluvias intensas y sus consecuencias las han cogido desprevenidas. Ese el mayor problema, por ello los gobiernos, nacional, regionales y municipales deben hacer las previsiones del caso para anticiparse a las emergencias o estar preparados para atenderlas.

De esa conciencia y de las precauciones que se tomen, como activar las oficinas de atención y prevención de riesgos, tener actualizados los mapas de las zonas vulnerable, así como listas las alertas tempranas y preparar a la comunidad para lo que pueda suceder, dependerá el daño que cause La Niña. Ojalá no se presente o que al ser un fenómeno atmosférico las previsiones cambien y no sea de las proporciones que se prevé.

Frente a las advertencias, nada justificaría que el Valle o Colombia se enfrentes a emergencias que puedan terminar otra vez en tragedias.

AHORA EN Editorial