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La granja solar de Emcali

Las más importantes reformas consisten en exigir que el posible socio de Emcali deberá ser una Empresa Prestadora de Servicios, EPS de acuerdo con las exigencias de la ley de servicios públicos. Y agregar que esa empresa, además de demostrar su capacidad para producir los paneles solares será la encargada de distribuir y comercializar la energía que se produzca, algo que no parece claro en la medida en que la empresa caleña tiene todos los elementos para hacerlo.

25 de agosto de 2022 Por: Editorial .

El proceso para adjudicar la llamada granja de energía solar en Mulaló vuelve a poner a las Empresas Municipales de Cali en el centro de la polémica sobre su actuación y la manera en que se ha desarrollado un negocio que está al borde de adjudicarse. Ante las dudas y las críticas que ha despertado el largo trámite, es necesario reclamar tanto una explicación amplia de los directivos de la entidad como la vigilancia inmediata de los entes de control.

El negocio lleva ya ocho meses en trámite, implicará un compromiso de 24 años para Emcali y ha sufrido la no despreciable cantidad de 20 adiciones o adendas. Se trata de construir una red de paneles solares que se supone producirá 20 megavatios y puede ampliarse en un futuro a 70 megavatios, en lo cual la entidad municipal aportará $90.000 millones, el 40 % de la inversión, dejando el 60 % a cargo del posible adjudicatario del negocio. Además de aplazamientos, esas adendas han ido moldeando un pliego muy distinto al propuesto en un principio, lo cual ha terminado por incluir asuntos que varían la esencia del mismo.

Las más importantes reformas consisten en exigir que el posible socio de Emcali deberá ser una Empresa Prestadora de Servicios, EPS de acuerdo con las exigencias de la ley de servicios públicos. Y agregar que esa empresa, además de demostrar su capacidad para producir los paneles solares será la encargada de distribuir y comercializar la energía que se produzca, algo que no parece claro en la medida en que la empresa caleña tiene todos los elementos para hacerlo.

Esas exigencias no aparecieron en la propuesta original y se fueron adicionando a través de los ocho meses que lleva el proceso, lo que, además de cambiar su naturaleza, ha llevado a eliminar a 25 de los 26 oferentes, incluyendo cinco EPS. Ahora, el reclamo de algunos de ellos y las alertas tanto de los sindicatos como de algunos dirigentes políticos están llamando la atención sobre el riesgo de que se esté elaborando un pliego ajustado a las condiciones del único de los proponentes que sobrevive en el extenso y cambiante proceso licitatorio.

Así, vuelven a aparecer los cuestionamientos sobre las actuaciones de una empresa que, como Emcali, es pública y debe rendirle cuentas a la sociedad a la cual pertenece. A manera de ejemplo, cabe preguntar por qué, si un proponente que es EPS puede asociarse con un productor de paneles para cumplir los requisitos adicionados en una de las últimas adendas, y no lo hace Emcali, lo que evitaría repartos de ingresos que podrían ser de propiedad de la empresa caleña.

No son de poca monta las observaciones que ha despertado el negocio de la granja de energía solar, cuyo proceso ha sufrido varias modificaciones que parecen cambiar su esencia. Y así como tienen que ser respondidas en el proceso licitatorio a quienes presentaron objeciones, deben ser resueltas ante la ciudadanía. Que no se olvide que Emcali es una entidad pública y como tal debe asegurar la transparencia en todas sus actuaciones antes del próximo siete de septiembre, fecha en que podría ser adjudicada la licitación.

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