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La economía verde

Así como se cuida, también es posible hacer un uso sostenible de lo que provee la naturaleza y de esa manera generar oportunidades, llevar progreso y ayudar al desarrollo en regiones que lo necesitan.

13 de mayo de 2022 Por: Editorial .

La protección de los recursos naturales y la biodiversidad, hoy el patrimonio más importante para el país, es una tarea en la cual Colombia está comprometida. Así como se cuida, también es posible hacer un uso sostenible de lo que provee la naturaleza y de esa manera generar oportunidades, llevar progreso y ayudar al desarrollo en regiones que lo necesitan.

De eso se tratan los negocios verdes que van tomando impulso en el territorio nacional, son generadores de empleo, aportan a la economía, y a la vez participan en la conservación del medio ambiente. Desde el año 2016 el país tiene un Plan Nacional de Negocios Verdes en el cual están los lineamientos y las herramientas e incentivos para su fomento, mientras define cómo debe prepararse el Estado para garantizar que se cumple el propósito de generar empleo y asegurar la preservación ambiental. Los Programas Regionales, en los que participan las Corporaciones Autónomas -entre ellas la CVC-, las entidades ambientales así como los entes territoriales, son los encargados de activar los proyectos.

Los resultados ya se ven con el crecimiento que muestra la también llamada economía verde. En el 2021, luego de un año marcado por las restricciones y limitaciones debido a la pandemia del covid, se tenían registrados 3070 de estos negocios y en lo que va del 2022 se han creado 930 más para un total de 4000. Esas empresas, en su mayoría pequeños emprendimientos en los que participan las comunidades, algunas bajo el modelo del cooperativismo, generan cien mil empleos directos e indirectos y el año anterior facturaron $700.000 millones.

En el Valle se cerró el 2021 con 166 empresas verdes creadas y la proyección es que al 2023 se llegue a 266. Un número aún mínimo si se piensa en las posibilidades que brinda una región tan rica en variedad de ecosistemas y recursos naturales, que se pueden potencializar para brindar nuevas oportunidades a las comunidades, en particular a las campesinas, que a su vez son las guardianas innatas del medio ambiente.

Ahí hay, por ejemplo, una oportunidad para estimular la industria pesquera artesanal en Buenaventura y sus poblaciones costeras, así como para darle mayor impulso al turismo ambiental, un renglón importante de la economía sostenible.

Para continuar con el crecimiento de la llamada economía verde en Colombia, se debe mantener el apoyo técnico y financiero como se está haciendo hasta ahora. Y sería importante buscar mayores recursos internacionales que se dediquen no solo a la preservación del patrimonio natural del país sino a beneficiar la creación de nuevos emprendimientos y negocios verdes que, como se está viendo, son la combinación perfecta de aprovechamiento, generación de oportunidades, mejoramiento de la calidad de vida de miles de colombianos y cuidado de la naturaleza.

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