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La Democracia de Colombia

Es el momento para dejar en claro que en Colombia se respeta el Estado de Derecho y que no existe un régimen totalitario sino una democracia actuante

Luego de varias semanas de intensos debates en los cuales se revisaron a fondo las actuaciones de la Fuerza Pública frente a la protesta social, el Congreso deberá tomar la decisión sobre la moción de censura contra el Ministro de Defensa. Es el momento también para dejar en claro que en Colombia se respeta el Estado de Derecho y que no existe un régimen totalitario sino una democracia actuante.

Los debates son precisamente el producto de esa democracia. En ellos, quienes pertenecen a todos los partidos con asiento en el Congreso de la República han expresado sus puntos de vista, empezando por la oposición que se empeña en tumbar al ministro Carlos Holmes Trujillo.
Todos han expuesto sus razones, obteniendo una respuesta del Funcionario, incluida una nueva solicitud de perdón por los abusos que se cometieron y las muertes que se produjeron con motivo de las protestas de hace algunas semanas.

Aunque no resulten satisfactorias para sus detractores, el ejercicio que pudo presenciar todo el país a través de los canales de la televisión pública ha demostrado que aquí funciona la democracia. Que se acatan las leyes y se puede escuchar con respeto la voz de la oposición como también se puede oír a quienes defienden las actuaciones del gobierno, de sus estamentos policiales y militares y de todos los representantes de las organizaciones políticas.

Quedó claro también que quienes tienen a su cargo el Gobierno Nacional, con el Presidente de la República a la cabeza, rechazan en forma categórica los excesos y abusos cometidos por algunos de los cientos de miles de personas que integran los estamentos militares y policiales. Y para tranquilidad de todos e impaciencia de no pocos, el compromiso de esos gobernantes es enviar a la Justicia ordinaria los casos donde se presenten posibles violaciones de la ley de parte de quienes ejercen la autoridad, esperar a sus decisiones y acatarlas como corresponde.

Es indudable que Colombia tiene grandes y graves problemas, entre ellos la persistente violencia y las limitaciones del Estado para enfrentarla y desactivar los grupos y organizaciones criminales que la promueven, la utilizan y se lucran de ella. Pero debe reconocerse también que existen instancias institucionales para ejercer el control político y la libertad de expresión, sin que se pueda afirmar que aquí se coartan y se desconocen los derechos de la oposición.

El próximo 22 de octubre, la Cámara de Representantes votará la moción de censura contra el señor Ministro de Defensa. Más allá de su resultado, esa votación será una oportunidad para refrendar el apego del Gobierno a la Constitución y a las instituciones creadas por ella, la demostración de que el nuestro es un país democrático y no el totalitarismo que algunos pretenden mostrar.

Después de esos debates debe reconocerse que la nuestra es una democracia, con todo y las imperfecciones que deben ser corregidas. Y no hay una dictadura ni un régimen dedicado a la represión o a limitar los derechos y libertades de los ciudadanos, a cercenar el ejercicio de la oposición o a coartar la libertad de expresión.