La cosecha de Putin

Gran parte del mundo está en contra de su invasión a Ucrania y mientras sus ejércitos reciben grandes derrotas, sólo le queda la amenaza del poder nuclear como argumento.

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15 de may de 2022, 11:55 p. m.

Actualizado el 17 de may de 2023, 12:41 p. m.

La invasión a Ucrania por razones que sólo se justifican en el expansionismo que inspira al presidente de Rusia Vladimir Putin, está consiguiendo lo que antes no era siquiera imaginable: que Suecia, durante doscientos años símbolo de la neutralidad, e Islandia, el vecino que por razones obvias de vecindad con el gigante ruso también era neutral, solicitaran el ingreso acelerado a la Organización del Tratado de Atlántico Norte.

Así, Putin logra unir y crecer la alianza que nació en 1949 para responder a la amenaza comunista de la entonces poderosa Unión Soviética, y aumentó en los años 90 cuando se derrumbó y 14 países de Europa oriental se unieron una vez desapareció el yugo que los mantenía bajo el control de Moscú. Infortunadamente, fueron varias las naciones como Azerbayán o Armenia las que buscaron la democracia y cayeron aplastadas por las invasiones de los ejércitos de Putin en los últimos 20 años.

Y el último fue Ucrania, objeto de una guerra que empezó con la toma de la península de Crimea hace cinco años y ahora se pretende justificar con la defensa de los prorusos en la región de Dombas, vecina de Rusia, y la solicitud a la Otan para que reciba a ese país como su miembro, lo que Putin considera como hostil. Una guerra monstruosa cuyo final es incierto pero cuyos crueles efectos ya se están viendo.

La tensión crece con la solicitud de Finlandia, cuya frontera de 1340 kilómetros y las guerras anteriores le habían llevado a declararse neutral frente a Rusia. Ahora, y ante la invasión de Ucrania, su presidente y su primera ministra anunciaron su solicitud de adhesión a la Otan. “Es la nueva era”, afirmó la ministra Sanna Marin, con lo cual interpreta el sentimiento de la inmensa mayoría de los finlandeses.

Igual ocurre en Suecia, donde se toman ya medidas para aumentar el gasto militar y la preparación de sus ejércitos, mientras se espera que se acelere su integración al Tratado. “La invasión rusa de Ucrania ha deteriorado la situación de seguridad de Suecia y Europa en su conjunto”, afirmó la ministra de Relaciones Exteriores sueca, lo que ya fue respondido con la declaración de apoyo de sus vecinos y de la misma Otan en caso de que tanto ese país como Finlandia sean objeto de agresión de parte de Rusia.

Pocos meses antes era Alemania la que informaba sobre la multiplicación de su gasto militar, el alistamiento de sus ejércitos y el apoyo a Ucrania mediante el envío de material bélico. Y antes, era la condena de la inmensa mayoría de los integrantes de la ONU a lo que es una agresión injustificada e inhumana contra la nación ucraniana.

De esa manera, Putin logra romper la neutralidad de Suecia y Finlandia, unir más a Europa y elevar a 32 los miembros de la Otan. Gran parte del mundo está en contra de su invasión a Ucrania y mientras sus ejércitos reciben grandes derrotas, sólo le queda la amenaza del poder nuclear como argumento.

Lo que sigue es rectificar la política de Putin para poder recuperar el lugar de Rusia en la comunidad internacional, o desatar una guerra de dimensiones inimaginables para todo el mundo, empezando por la misma Rusia.

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