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La calma es necesaria

Ante el crecimiento de los contagios del coronavirus de Whan y su expansión en el mundo, la Organización Mundial de la Salud declaró la alerta internacional. Antes que un motivo más para aumentar la alarma y la confusión que hoy existe en muchas países, ese puede ser el principio para darle orden a la atención de la que sin duda es una amenaza para la sanidad del planeta.

30 de enero de 2020 Por: Editorial .

Ante el crecimiento de los contagios del coronavirus de Whan y su expansión en el mundo, la Organización Mundial de la Salud declaró la alerta internacional. Antes que un motivo más para aumentar la alarma y la confusión que hoy existe en muchas países, ese puede ser el principio para darle orden a la atención de la que sin duda es una amenaza para la sanidad del planeta.

Las cifras indican que se han comprobado 7820 contagios en 18 países, de los cuales han muerto 170 personas en China y ninguna en el resto del mundo. Es un crecimiento alto desde que se descubrió el mal, hace un poco más de treinta días en una ciudad que es epicentro de comunicaciones y en momentos en los cuales se preparaba la movilización de seiscientos millones de personas con ocasión del año nuevo chino.

La cifra es de por sí representativa, y justifica la movilización para anticiparse a la contaminación inexorable que puede afectar a todas las comunidades en el planeta. De ahí que China, la más interesada en impedir que se propague entre sus más de mil millones de habitantes y el efecto que tendría en su economía cada vez más globalizada, tomó decisiones drásticas que han dejado desiertas muchas ciudades, empezando por su capital Beijing.

En efecto, y según las declaraciones de personas que viven en China el temor es tan grande que la gente vive casi en toque de queda, los negocios se han cerrado, las fábricas se han paralizado y existe un racionamiento de alimentos. A su vez, el gobierno ha anunciado la construcción en una semana de grandes hospitales para atender la emergencia y la destinación de los recursos que sean necesarios para encontrar la vacuna que detenga lo que es una verdadera pesadilla que puede desencadenar consecuencias insospechadas en las relaciones humanas, comerciales e internacionales.

En esa respuesta está la experiencia de lo ocurrido años atrás, cuando la falta de reacción del gobierno chino ante virus como el SARS obligó a la OMS a intervenir. Ahora, la actuación de ese gobierno ha llevado a que existan más razones para confiar en que se logre un control efectivo y temprano a lo que puede convertirse en una pandemia.

Y aunque se han producido reacciones descontroladas como el cierre ordenado por Rusia a su frontera con China, y muchas empresas y gobiernos han realizado evacuaciones que pueden llevar a la propagación del coronavirus, lo que se necesita ahora es actuar con calma para evitar males mayores. Ante esa respuesta desordenada, el director de emergencias de la OMS afirmó: “194 países adoptando de forma unilateral e individual medidas basadas en sus propias valoraciones de riesgo es una receta con un gran potencial de desastre político, económico y social”.

Por eso, la decisión de la OMS debe llevar a la tranquilidad que ofrece el tener una estrategia coordinada y ordenada que devuelva la tranquilidad a un mundo nervioso y alarmado ante las noticias que se conocen a cada minuto. Aunque es urgente combatir el virus, también es importante evitar que el desorden y la falta de control lo transformen en un mal mayor.

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