La agenda internacional

Las tensiones seguirán durante el 2022, año que debe marcar tanto el final de la emergencia sanitaria como la recuperación definitiva de la normalidad

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2 de ene de 2022, 11:55 p. m.

Actualizado el 17 de may de 2023, 11:30 a. m.

En un mundo concentrado en derrotar una pandemia que afectó a toda la especie humana, siguieron siendo noticia los hechos que causaron preocupación tanto como aquellos que dieron lugar al optimismo y la esperanza durante el año que terminó el pasado viernes. Y dan pie para pensar que las tensiones seguirán durante el 2022, año que debe marcar tanto el final de la emergencia sanitaria como la recuperación definitiva de la normalidad.

El 2021 arrancó con algo que se pensaba imposible: el ataque al Capitolio de los Estados Unidos por seguidores del entonces presidente Donald Trump en momentos en que el Congreso sesionaba para ratificar el triunfo de Joseph Biden en las elecciones de noviembre anterior. El atentado puso en peligro la estabilidad de uno de los bastiones de la democracia, y demostró hasta dónde el populismo puede llevar a extremos irracionales que ponen en peligro las libertades y las leyes como guía de una nación.

Luego vino la posesión de Biden y con ello el inicio de un gobierno llamado a convocar la unión y a superar las diferencias que debilitan y dificultan la conducción de la primera potencia económica y militar del planeta. Y en abril empezó el derrumbe del régimen de Afganistán, el regreso de los talibanes al poder y la retirada, apresurada y caótica, de los ejércitos estadounidenses, demostración de un fracaso que debilitó su posición en el concierto internacional.

Pero también se incrementaron las tensiones causadas por el propósito de China de ampliar su dominio en Asia, algo que se complementa con su creciente ascendencia en el comercio y las finanzas mundiales. Tanto la abolición de las libertades democráticas en Hong Kong como los avisos sobre la intención de gobierno de Xi Jinping de recuperar a Taiwán, demandaron la respuesta de Occidente e indicaron el cambio que puede producirse en el equilibrio mundial.

De igual manera, Rusia aumentó su presencia en Ucrania, sus advertencias a la Unión Europea para que se abstenga de profundizar su apoyo militar a ese país y la intervención del Presidente de los Estados Unidos para tratar de contener un conflicto en el cual se puede comprometer la paz del mundo. También revivieron los intentos por restablecer el acuerdo con Irán para detener su intención de construir armas atómicas, uno de los puntos de tensión más álgidos en los últimos años, el cual puede desencadenar un conflicto bélico de dimensiones peligrosas para el mundo.

Así mismo, crecieron las preocupaciones por el cambio climático y la urgencia de tomar medidas para impedir que se incremente y la negativa de las grandes potencias a tomar decisiones inmediatas en ese sentido. Y por encima de todo se destacó el impulso a la vacuna contra el Covid-19, el resultado que se ha logrado hasta ahora en el control de la pandemia, así como el deber de apoyar a los países pobres para vacunar a sus poblaciones, fundamental para contener el auge del coronavirus y sus peligrosas mutaciones.

Son muchos otros los hechos que como esos gravitaron en la agenda internacional del 2021, y que ampliarán sus repercusiones en el año que comienza.

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