¿Hacia dónde va Perú?
La situación del Perú es cada vez más preocupante. Sus instituciones parecen hundirse cada vez más en el pantano del descrédito, del desgobierno y la confrontación estéril
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1 de may de 2022, 11:55 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 11:48 a. m.
Si el 76% de los ciudadanos que usted gobierna lo están rechazando, y su mala gestión le ha exigido el nombramiento de 50 ministros en menos de diez meses, lo mejor es proponer una asamblea constituyente que desvíe la atención sobre su temprano fracaso. O que obligue al pronunciamiento claro de todo el empresariado de su país, reclamando
seriedad y responsabilidad en la conducción de su nación.
Esa parece ser la fórmula escogida por el presidente Pedro Castillo para tratar de conseguir respaldo en el Perú. Derrotado en todos los frentes, con una crisis de credibilidad de dimensiones nunca vistas y sin posibilidades de reencausar su gestión, el presidente de Perú decidió enviar al Congreso una solicitud para que se autorice el llamado a elegir una Asamblea que reforme la Carta fundamental.
Una semana después de esa especie de bomba que pone en duda las instituciones peruanas, nadie conoce cuál será la propuesta de reforma. Lo que sí está claro es que, de aprobarse por los legisladores, se iniciará un nuevo proceso electoral en el cual ellos tendrán todas las de perder pues su desaprobación es del 79%, mayor a la de Castillo.
Así, el flamante presidente le pasa la pelota al que considera su adversario, el Congreso dominado por la oposición. Serán sus integrantes quienes decidirán si el pueblo peruano sale a elegir una constituyente sin conocer cuál es la propuesta, distinta a la confrontación electoral entre los dos poderes más desprestigiados en la historia del Perú.
Y será la oportunidad que Castillo utilizará para tratar de detener su derrumbe, acusando a la Constitución de ser la causante de las desgracias de su gobierno y de los riesgos que está enfrentando su país, por lo cual hay que reemplazarla. En otros términos, es la herramienta precisa para detener el clamoroso rechazo que recibe a causa de sus equivocaciones y de sus fracasos en fijar siquiera una línea sobre la cual gobernará en los próximos cuatro años.
Ante semejante caos, doscientos gremios peruanos de empresarios grandes, medianos y pequeños se unieron para emitir un comunicado en el cual reclaman sensatez para superar la crisis que dejó la pandemia: “Exigimos las condiciones necesarias a fin de generar empleo, lograr la seguridad alimentaria, garantizar la atención a la salud y la seguridad ciudadana, que permitan el bienestar de todos los peruanos y peruanas”.
Y rechazaron la asamblea constituyente propuesta por el presidente Castillo, argumentando que su sola enunciación sería un factor desestabilizador que perjudicará aún más la economía y la de por sí deteriorada situación social.
La situación del Perú es cada vez más preocupante. Sus instituciones parecen hundirse cada vez más en el pantano del descrédito, del desgobierno y la confrontación estéril, mientras la nación padece el desconcierto que produce un gobierno errático y limitado enfrentado a una oposición aferrada al poder que le otorga las mayorías en el Congreso.
Es un momento de incertidumbre el que vive la nación peruana. Ojalá encuentre en los llamados de los empresarios la salida que necesita ya con urgencia.

Directora de El País, estudió comunicación social y periodismo en la Pontificia Universidad Javeriana. Está vinculada al diario EL País desde 1992 primero como periodista política, luego como editora internacional y durante cerca de 20 años como editora de Opinión. Desde agosto de 2023 es la directora de El País.
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