Golpe al Valle

Esta vez, el concesionario se dio por vencido ante la actitud que impidió concretar lo que se supone era una prioridad para Colombia y el Valle.

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2 de sept de 2021, 11:55 p. m.

Actualizado el 18 de may de 2023, 07:18 a. m.

Siete años después de prometida y adjudicada por el Gobierno central a través de la Agencia Nacional de Infraestructura, y después de pasar la primera instancia de los obstáculos impuestos por otra agencia del mismo Estado que la paralizaron durante más de cuatro años, la vía Mulaló Loboguerrero cayó de nuevo en la incertidumbre.

Esta vez, el concesionario se dio por vencido ante la actitud que impidió concretar lo que se supone era una prioridad para Colombia y el Valle.
Sus argumentos son claros: según el gerente de Covimar, el contrato es imposible de realizar por cuanto debe aplicarse la causal de terminación anticipada por la parálisis de más de cuatro años originada en el otorgamiento de la licencia ambiental. Es decir, el mismo Estado se encargó de paralizar una obra que no tenía inconvenientes, según lo reconoció la Autoridad Nacional de Agencias Ambientales, Anla, hace quince días.

En ese momento se sintió un alivio por haber superado la traba que le ha costado cientos de miles de millones de pesos al erario, además del atraso ahora ilimitado de una vía a la cual se le han realizado todos los estudios posibles y sólo se le han encontrado bondades para comunicar al Valle y a la Nación con Buenaventura. Sin embargo, y como lo explicó el representante de Covimar la decisión no está en firme y la Anla puede echar para atrás su resolución, exigir más estudios o negar de nuevo la licencia.

Triste final el de la Mulaló - Loboguerrero, pues el contratista renunció y no sería raro que no se presentaran más proponentes, ante la obstinación del centralismo por atravesarse a una obra que, al parecer, carece de padrinos en Bogotá y en el Gobierno Nacional y el innegable aumento en sus costos o la exigencia de nuevos estudios y requisitos en la licitación que deberá abrirse para adjudicar su construcción. Es otro golpe más al Valle, a la región y a la infraestructura que se requiere para conectar a la ciudad más importante de Colombia en el Pacífico, ‘el mar del futuro’ que no parece contar con el favor de quienes toman las decisiones en la capital de la República.

Siete años pasaron, más de veinte estudios, algunos repetidos hasta la saciedad para cumplir las exigencias de la Anla, e incesantes reclamos de la región. Casi trecientos mil millones de pesos se gastaron y, a no dudarlo, empezará un proceso jurídico mediante el cual el contratista demandará de la Nación el pago de los gastos y pérdidas en que incurrió por los organismos gubernamentales que dilataron, enredaron y al final impidieron la realización de un proyecto que sería financiado en gran parte por los constructores.

Ahora vendrá el reclamo de la Gobernación del Valle, de los dirigentes políticos y de las Fuerzas Vivas de la región para que el Gobierno Nacional cumpla la palabra empeñada hace ocho años. Ojalá encuentre oídos y dolientes en el centralismo, en la representación en el Congreso de la República y en los funcionarios del Gobierno Nacional y de origen vallecaucano para que la Mulaló - Loboguerrero se convierta en realidad aunque sea para las próximas generaciones.

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