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Fracking: hora de decisiones

Según los expertos, contrario a lo que durante años se ha dicho, Colombia sí cuenta con una normatividad y regulación robusta, incluso comparada con otros países, para el desarrollo de la técnica. Y los riesgos ambientales como la posible contaminación de acuíferos, el uso excesivo de agua, sismos, e impactos en la salud están identificados, es decir, son predecibles y pueden prevenirse.

15 de febrero de 2019 Por: Editorial .

La comisión de expertos sobre la conveniencia de usar o no la técnica de fracking en Colombia rindió su informe luego de ocho años de discusión. En él recomienda al Gobierno Nacional iniciar la etapa de exploración e indica que debe hacerse a través de unos proyectos pilotos, en la región del Magdalena Medio, donde se cree existen reservas importantes de petróleo y gas, por estar ahí la misma formación geológica que llega al Golfo de Maracaibo en Venezuela.

Pero la Comisión no otorga un cheque en blanco en su recomendación. Señala que debe realizarse con mayor transparencia en la información oficial, con una participación ciudadana más efectiva y con un fortalecimiento de la capacidad de las instituciones, en especial en el territorio. Además dice que deben establecerse unas líneas base en materia ambiental y social, que permitan un seguimiento. Recomendaciones sensatas que seguramente el gobierno tomará en cuenta.

Según los expertos, contrario a lo que durante años se ha dicho, Colombia sí cuenta con una normatividad y regulación robusta, incluso comparada con otros países, para el desarrollo de la técnica. Y los riesgos ambientales como la posible contaminación de acuíferos, el uso excesivo de agua, sismos, e impactos en la salud están identificados, es decir, son predecibles y pueden prevenirse. Así, con base científica, se desmitifican los principales temores.

Pese a ello la discusión no cesa y continúa la prevención por parte de muchos colombianos. No ayuda el cruce de intereses políticos partidistas y de voceros comunitarios, que al ver lo atractivo del tema y lo fácil que es ganar adeptos cuestionando el fracking se unen al coro de los contradictores. En estas circunstancias un debate que debería ser ante todo técnico se tornó emotivo, más cuando se acude a falsos dilemas como la escogencia de petróleo o agua.

Es por eso que los argumentos técnicos, incluso los que señalan la importancia de desarrollar los yacimientos no convencionales por razones de seguridad energética y fiscal, poco calan. Ni siquiera lo hacen en momentos en que el país se encuentra en medio de un debate sobre la confiabilidad del sistema eléctrico a raíz de la muy lamentable dificultad por la que pasa la hidroeléctrica de Ituango y el hecho cierto de que el país, aunque aún tiene petróleo y gas, está a pocos años de quedarse sin reservas y volver a importarlos.

Es en ese contexto en el que el Gobierno Nacional deberá tomar una decisión. Entendiendo que las empresas que están a la espera fueron invitadas por el Estado y existen contratos firmados, luego de procesos internacionales competitivos. Es decir, hace años el país tomó la decisión de desarrollar esos yacimientos con fracking, pero el inicio se dilató por las inquietudes que genera la técnica y a la espera de la opinión de los expertos.

Llegó el momento de tomar decisiones. De continuar los procesos conducentes al inicio de la fase exploratoria o dar marcha atrás, con sus consecuencias. Toda decisión de gobierno las tiene, y esta no es la excepción. De eso parecen ser conscientes los ministros de Hacienda y la de Minas y Energía, que han señalado la necesidad de aprovechar esos recursos, con responsabilidad. Pero eso no es suficiente: se necesita una decisión de Gobierno, incluso de Estado.

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