El pais
SUSCRÍBETE

España, sin mayorías

Aunque el Partido Socialista Obrero Español obtuvo la mayor votación en las elecciones del domingo pasado en España, los resultados vuelven a mostrar el fraccionamiento de la política que lleva a tener gobiernos débiles.

1 de mayo de 2019 Por: Editorial .

Aunque el Partido Socialista Obrero Español obtuvo la mayor votación en las elecciones del domingo pasado en España, los resultados vuelven a mostrar el fraccionamiento de la política que lleva a tener gobiernos débiles. Y revelan cómo el modelo bipartidista que tiene la Constitución de ese país reclama una transformación que la sintonice a los nuevos tiempos.

Las especulaciones y análisis conocidos después del resultado son de todo orden. Sin embargo, queda claro que la representación de la derecha ha ido diluyendo en tres movimientos lo que antes era el dominio absoluto del Partido Popular, el gran derrotado de los comicios, y cuyos dirigentes trataron de convencer con propuestas que parecen sacadas de los programas de José María Aznar, hace 25 años.

Ahora se presenta la consolidación de Ciudadanos como representación de la centro derecha, aunque prefirió endurecer el mensaje para tratar de neutralizar lo que parecía la gran amenaza de la ultraderecha encarnada en el partido Vox. Sin embargo, la fractura implica alejarse de cualquier posibilidad de gobernar a España por un tiempo largo, lo que se aumenta ante la declaración de Ciudadanos de no participar en ninguna alianza con el Psoe para formar la mayoría.

Al otro lado, el Psoe encabezado por un calculador Pedro Sánchez, obtuvo una victoria clara aunque no suficiente para tener las mayorías en el Legislativo. Y a Unidas Podemos, el partido de Pablo Iglesias que siempre ha usado una mezcla de radicalismo apocalíptico y populismo, no le alcanzó la voltereta que dio para acercarse al socialismo democrático y detener su caída entre el electorado, capitalizada por el ganador que no se dejó encasillar en los extremos y ofreció con éxito algo parecido a la moderación de algunos excandidatos presidenciales en Colombia.

Y quedan las minorías que representan el poder en las regiones, la más importante de las cuales es la de Cataluña, donde sólo el Psoe alcanzó una representación decorosa mientras el PP y Ciudadanos fueron casi barridos. Esa minoría, que debería servirle a Sánchez para completar la mayoría en el Legislativo, es una especie de regalo envenenado puesto que representa en gran parte el separatismo que atenta contra la integridad de la república española.

Así quedaron las cosas. Y aunque se están produciendo contactos, la política en España y la conformación del gobierno quedarán congeladas hasta después de las elecciones municipales y autonómicas, el próximo 26 de mayo. Entonces se sabrá si es posible tener de nuevo un Ejecutivo sólido que sirva para superar la incertidumbre en que cayó la política de la nación ibérica en la última década.

Además de los tradicionales problemas de desempleo que golpea a millones de españoles, de propiciar la solidez de la economía y de dar respuestas a las demandas sociales que siempre ha tenido España, hoy está enfrentada a resolver el desafío que representan los intereses separatistas en Cataluña. Ese será el gran reto para el próximo gobierno, que deberá tener el pulso y el respaldo necesarios para mantener la unidad de su nación.

AHORA EN Editorial