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En sobregiro

A ese paso, dentro de 70 años quedará muy poco en el Planeta para permitir la sobrevivencia de los 11.200 millones que lo habitarán entonces. El déficit ya se refleja en la pérdida de bosques por la...

2 de agosto de 2019 Por: Editorial .

Si usted se gastó en menos de siete meses la platica que tenía en el banco para vivir todo el año, imagínese las dificultades que va a pasar. Su opción es pedir un sobregiro para no morir de hambre ni perder su casa, trabajar duro para pagar la deuda y volverse juicioso en el manejo financiero para salir de las afugias.

Ese saldo en rojo es similar al que tiene la humanidad con la Tierra desde el pasado lunes 29 de julio. Hasta ese día duraron los recursos naturales que se tenían presupuestados para atender durante doce meses la demanda de la población mundial y desde entonces se están usando las reservas, por las cuales se cobran unos intereses de usura. Al final del año se habrá necesitado el equivalente a 1,75 planetas para atender el consumo creciente.

Lo más grave es que la deuda ambiental ha sido multiplicad en las últimas décadas y ha llegado a un punto en que es impagable porque no hay manera que los recursos se renueven a la misma velocidad del gasto. Desde hace 40 años el sobregiro con la naturaleza se tiene que pedir cada vez más rápido: si en 1997 la fecha quedó marcada a finales de septiembre, para el 2014 fue un 17 de agosto; en el 2016 se adelantó al 8 de agosto, en el 2018 fue el 1 de agosto y en este 2019 ya vamos en el 29 de julio.

A ese paso, dentro de 70 años quedará muy poco en el Planeta para permitir la sobrevivencia de los 11.200 millones que lo habitarán entonces. El déficit ya se refleja en la pérdida de bosques por la deforestación, en la contaminación de los ríos y mares, en la desaparición de ecosistemas y de especies, y sobre todo en la evolución del cambio climático que obedece a una regla en la cual a mayor consumo hay mayor desperdicio, niveles más altos de emisión de gases de efecto invernadero y aumento del calentamiento global.

Ese es el panorama de hoy y el legado que la humanidad le dejará a las próximas generaciones, a menos que haga lo que sea necesario para reducir el saldo en rojo con la naturaleza, no se endeude más con el medio ambiente y aprenda a vivir con lo que produce la Tierra. La medición que hace cada año la organización internacional Global Footprint Network, entidad asociada al Fondo Mundial de la Naturaleza, debería ser el punto de partida para emprender las acciones que se necesitan.

No es tan difícil como parece. Si por un lado están las políticas públicas establecidas por cada Estado así como los acuerdos internacionales que deberían funcionar porque en ellos se comprometen libremente los gobiernos, por el otro están los individuos que pueden marcar la diferencia con modificar sus hábitos de consumo y su forma de relacionarse con la naturaleza. Solo con reducir a la mitad la cantidad de desperdicios que se producen al año en el mundo, se podría retrasar 11 días el sobregiro ecológico.

Haga las cuentas: si ayuda a bajar la deuda ambiental, en 30 años se conseguirá el punto de equilibrio y se podrá ahorrar en recursos naturales. Trabaje duro, no desfallezca, haga de cuenta que lo hace para reducir el saldo en rojo que tiene desde el 29 de julio con el banco, que no da más espera y puede dejarlo en la calle si no lo paga a tiempo.

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