El peligro se recrudece

Las cifras están diciéndolo: si los habitantes de Cali y el Valle del Cauca persisten en desconocer la gravedad de la pandemia, los riesgos para la salud individual y colectiva y para la vida de muchas personas seguirán incrementándose.

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9 de dic de 2020, 11:55 p. m.

Actualizado el 24 de may de 2023, 12:44 a. m.

Las cifras están diciéndolo: si los habitantes de Cali y el Valle del Cauca persisten en desconocer la gravedad de la pandemia, los riesgos para la salud individual y colectiva y para la vida de muchas personas seguirán incrementándose. Por tanto las autoridades deberán tomar medidas mucho más drásticas para impedir que la emergencia y la tragedia se extiendan sobre las familias vallecaucanas y caleñas.

Según la Secretaria de Salud del departamento, el pasado martes se registraron 1402 pruebas positivas, lo que indica a las claras un rebrote de grandes proporciones, en la medida en que la cifra de quienes no se hacen esas pruebas por ser asintomáticos o no tener acceso a ellas es desconocida. De otra parte, la doctora María Cristina Lesmes informó que la ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos ha llegado al 80% en el departamento, y en los tres principales centros de salud de la capital, el Hospital Universitario y las clínicas Valle del Lili e Imbanaco, se registró el 100% en varias oportunidades, obligando a traslados para poder atender los nuevos pacientes con covid.

Esa es la cruda realidad, producida por una insistencia incomprensible en el relajamiento de los cuidados que cada persona debe aplicar. Y por la tendencia cada vez más notoria a pensar que el Covid-19 es cosa del pasado, lo que ha ocasionado congestiones en muchos puntos de la ciudad y la región, en las cuales se desencadena el inevitable contagio.

Las cifras también indican el riesgo al que están expuestos la ciudad y el departamento si se persiste en la idea de que llegaron las fiestas y hay que permitir las reuniones y eventos que ante todo son ocasiones propicias para la transmisión de un enemigo tan invisible como peligroso.
Antes que una buena noticia individual, que el 80% de los contagiados sean asintomáticos señala ante todo un gran peligro para la sociedad, en especial para las personas más expuestas a consecuencias mayores, como lo está demostrando el regreso de cifras sobre decesos que algunos consideraban superadas e irrepetibles.

Peor aún es que se hayan descubierto supuestos laboratorios que emiten certificados falsos sobre pruebas negativas que son usadas con diferentes propósitos, el más grave es la posibilidad de ingresar a empresas en las cuales laboran muchas personas. Eso es un verdadero atentado a la salud pública que requiere la acción inmediata de las autoridades para evitar y castigar una conducta a todas luces antisocial.

Diciembre debería ser el mes de la alegría y la celebración de fiestas familiares o de eventos como la Feria de Cali. Sin embargo, los hechos nos están diciendo que la situación no es buena con respecto a la expansión del Covid-19 y su mortal efecto en la ciudadanía por lo cual es necesario destinar los recursos públicos y los esfuerzos que sean precisos para la protección de la salud y la vida.

Por ello, y hasta tanto se tengan soluciones definitivas como la vacunación a todos los caleños, se debe insistir en que se cambie la rumba por la protección de nuestra sociedad. Y en que se eviten las aglomeraciones que generan las celebraciones colectivas.

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