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El paraíso de las aves

La zona es hábitat permanente de cientos de pájaros y una de las estaciones a donde llegan las oleadas migratorias del norte del Continente americano que le huyen al frío. Ese gran humedal que ha sido afectado de forma sistemática por la intervención humana, está siendo restaurado y se trabaja en su conservación de la mano de las comunidades aledañas, lo que ha permitido que la vida animal regrese.

7 de mayo de 2021 Por: Editorial .

Ese pájaro que usted observa esta mañana desde su balcón, el que le alegra las mañanas, al que ve por primera vez o hace tiempo no aparecía por su ciudad, es la razón por la que hoy se celebra el Día Internacional de las Aves. Una fecha con la cual se busca resaltar la importancia que esas especies tienen para el medio ambiente y la necesidad de garantizar su conservación.

Como se hace desde hace varios años, el eje principal de la celebración la maratón mundial de observadores, una competencia en la que las naciones convocan para que registren la mayor cantidad de aves que pueden ver en un día, ya sea desde sus casas citadinas o saliendo al campo. Colombia ha sido campeón de este Global Big Day, como se llama la competición, desde que se inició en el 2015, lo que no es extraño porque nuestro país alberga al 40% de las especies de aves del planeta.

En el territorio nacional se han contabilizado 1921 clases de aves, de ellas 71 endémicas. Si a esas se suman las que llegan cada año desde el norte o el sur del continente para evadir las estaciones de invierno, el número aumenta. Y como el paraíso reconocido que es, el Valle es la región donde mayor cantidad, en diversidad y especies, se han contabilizado.

En esta tierra de exuberantes paisajes, clima variado y recursos naturales únicos, habita el 50% de las distintas aves de Colombia. Por ello los esfuerzos que se realizan para recuperar sus ecosistemas, restaurar las cuencas hidrográficas, repoblar sus bosques y devolverle la majestuosidad a esa diversidad de paisajes que constituyen su riqueza más importante. Falta mucho por hacer, pero se está recorriendo el camino correcto para conseguirlo.

Uno de esos trabajos palpables es la recuperación de la laguna de Sonso y los humedales del río Cauca, que conforman el complejo de espejos de agua más grande de la región. La zona es hábitat permanente de cientos de pájaros y una de las estaciones a donde llegan las oleadas migratorias del norte del Continente americano que le huyen al frío. Ese gran humedal que ha sido afectado de forma sistemática por la intervención humana, está siendo restaurado y se trabaja en su conservación de la mano de las comunidades aledañas, lo que ha permitido que la vida animal regrese.

Igual sucede con la restauración de las cuencas hidrográficas, a través de la reforestación, una tarea en la que el Valle está a la vanguardia nacional, la ampliación de las zonas de reserva natural y la interconexión de corredores ecológicos. Una tarea en la que están comprometidas las autoridades locales y regionales, el sector privado y especialmente las comunidades.

Sin duda falta mucho por hacer, como intervenir los Farallones de Cali, donde la minería ilegal, las invasiones y las dificultades para hacer un ejercicio de control permanente se convierten en debilidades a la hora de proteger sus recursos naturales y a las especies de fauna. Sobre esos aspectos hay que insistir si se pretende que el Valle y su capital sigan siendo un paraíso aviario mundial.

Para darle visibilidad a esos esfuerzos, ojalá usted se sume al Global Big Day, le tome una foto al colorido bichofué que se acercó a su ventana y contribuya a mostrar por qué en Colombia está el reino de las aves.

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