El pais
SUSCRÍBETE

El pacto verde de Colombia

El proyecto que más trascendencia tiene es la reducción del 51% de las emisiones nacionales de carbono en un periodo de 10 años. Es sin duda un plan ambicioso si se tiene en cuenta que está 31 puntos por encima de lo ofrecido hace cinco años cuando se firmó el Acuerdo de París y alcanzarlo supondrá un esfuerzo mayúsculo así como una inversión robusta por parte del Estado.

1 de enero de 2021 Por: Editorial .

Los compromisos de Colombia en materia medioambiental marcarán la agenda del 2021. Hay metas ambiciosas como empezar a reducir a la mitad las emisiones de carbono, garantizar la protección de los parques naturales y sembrar millones de árboles para contrarrestar la deforestación. Cómo lo hará y si lo consigue, se verá en los próximos doce meses.

La opinión internacional ubica al nuestro como uno de los países más comprometidos con los propósitos mundiales del medio ambiente y reconoce los esfuerzos que realiza para la conservación de sus recursos naturales, así no logre aún acabar con las múltiples causas de su deterioro ni alcanzar sus metas de recuperación. Fiel a sus buenas intenciones, al finalizar el año se hicieron varios anuncios que de cumplirse, pondrán a la nación a la vanguardia de América Latina.

El proyecto que más trascendencia tiene es la reducción del 51% de las emisiones nacionales de carbono en un periodo de 10 años. Es sin duda un plan ambicioso si se tiene en cuenta que está 31 puntos por encima de lo ofrecido hace cinco años cuando se firmó el Acuerdo de París y alcanzarlo supondrá un esfuerzo mayúsculo así como una inversión robusta por parte del Estado.

Para ello hay que priorizar la transición hacia las energías limpias, que hasta ahora ha sido tímida en comparación con el potencial que tiene Colombia para desarrollarlas. Con dos océanos, todos los pisos térmicos, recursos hídricos abundantes y las posibilidades de fortalecer una industria de biocombustibles, el país se ha demorado en agilizar esa transformación. Es el momento de concertar las alianzas con el sector privado, que se muestra interesado en invertir en esa transformación tan necesaria para el futuro ambiental del país.

La otra tarea prioritaria es la de parar la deforestación y reducirla en un 75%, es decir que no supere las 55.000 hectáreas al año. Ya no se logró en el 2020, donde en los primeros cuatro meses se llegaron a talar 75.000 hectáreas, por lo que se calcula que en todo el año la cifra podría superar las 200.000. Para contrarrestar los efectos nefastos de ese daño ecológico, ahora hay que honrar la palabra de sembrar 180 millones de árboles antes de que termine el 2022, propósito en el que el Valle del Cauca lleva la batuta con su ambicioso plan de plantar 8 millones en dos años.

El año nuevo comienza también con la decisión de restaurar 21.059 hectáreas de áreas protegidas en los Parques Nacionales Naturales y fortalecer el ecoturismo en lugares como Gorgona y Utría en el Pacífico, Corales del Rosario y San Bernardo en el Caribe o el Santuario de Fauna y Flora de Iguaque en Boyacá. Para los Farallones de Cali se trabaja en una alianza regional, con el apoyo de la Nación, para detener la minería ilegal, las invasiones, la tala indiscriminada y proteger sus nacimientos de agua.

Todas esas acciones, junto a 145 medidas de mitigación ambiental en las que se ha comprometido el país, serán las que deberá comenzar a desarrollar Colombia si pretende cumplir sus ambiciosos propósitos con los que espera ayudar a contrarrestar el cambio climático y sus nefastas consecuencias. Si se alcanzan al menos los más importantes, Colombia habrá hecho un aporte enorme a la salud ambiental y al futuro del Planeta.

AHORA EN Editorial