El nuevo orden mundial
De la cumbre en España salió el Concepto Estratégico para los próximos diez años, donde se describe a Rusia como la mayor amenaza y se define a China y su alianza con Putin como un potencial riesgo para las democracias occidentales.
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30 de jun de 2022, 11:55 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:47 p. m.
Durante la última semana, Occidente celebró en Madrid la más importante reunión del presente siglo para su seguridad. Fue la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la Otan, que debe enfrentar los desafíos abiertos por la invasión a Ucrania.
La que están en pleno desarrollo y no tiene aún posibilidades de terminar, es una conflagración entre Rusia, el país que dio origen a la Alianza una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, y Ucrania, que trató de unirse a ella para preservar su independencia del poderío ruso y la amenaza de Vladimir Putin. Setenta años después, superadas en apariencia la cortina de hierro de la cual habló Winston Churchill para referirse a la Unión Soviética, la guerra fría que amenazó durante 30 años al mundo y el imperio comunista que oprimió los países del este de Europa, la alarma vuelve a aparecer en toda su magnitud.
Esta vez, Europa entiende que en el fortalecimiento de la unión entre sus países y con los Estados está la clave para enfrentar el desafío ruso. Por eso, y además de expresar su compromiso de ayuda militar y económica a Ucrania para que enfrente al invasor, se produce una cumbre en la cual se anuncia el fortalecimiento en todos los sentidos de la Otan.
“Hablamos en serio cuando decimos que atacar a uno es atacar a todos”, dijo el presidente Joe Biden, lo cual fue corroborado por Jens Stoltenberg, secretario general de la organización al afirmar que ésta lleva a cabo su mayor rearme desde la Guerra Fría.
Así se confirma la preparación que se está adelantando en el viejo continente para enfrentar el desafío que significa la Rusia comandada por Putin, lo que lleva a aumentar el armamento, el pie de fuerza y los presupuestos que demanda la defensa de Occidente. Con un ítem adicional: la llegada de los hasta ayer neutrales Finlandia y Suecia a la Otan con la aquiescencia de Turquía, lo que consolida la unión más grande en la historia europea, compuesta por 30 países, para darle la cara a quienes todos consideran un enemigo común y demasiado peligroso.
De la cumbre en España salió el Concepto Estratégico para los próximos diez años, donde se describe a Rusia como la mayor amenaza y se define a China y su alianza con Putin como un potencial riesgo para las democracias occidentales. Es decir, nada de seguir llamándolos socios y de profundizar la globalización que los integró al comercio mundial: a partir de ahora y hasta nueva orden, “la asociación estratégica cada vez más profunda entre Rusia y China va en contra de los valores e intereses de la Otan”. Y hay que actuar en consecuencia para mostrar la fortaleza que significan la unión y la decisión de enfrentar los desafíos.
De esta manera, la cumbre de Madrid adquiere gran importancia para la paz del mundo y para las relaciones futuras en todos los sentidos. Ella significa la decisión de regresar a los tiempos en los cuales la prioridad estará enfocada en la seguridad, en la defensa, en las luchas por el poder geoestratégico y la capacidad de respuesta de Occidente al reto que para los países integrantes de la Otan significan Rusia y China.
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