El gran desafío

Siendo de gran importancia saber el rumbo que tomará la conducción del Estado y las reformas que traerá el viraje causado por la llegada de Gustavo Petro al poder, no está demás advertir sobre la necesidad de preservar la economía como el eje de la estabilidad de nuestra nación.

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6 de jul de 2022, 11:55 p. m.

Actualizado el 17 de may de 2023, 12:48 p. m.

Como puede esperarse, a 13 días de instalarse el Congreso de la República y a 30 de la posesión del nuevo presidente de Colombia, las especulaciones sobre los cambios políticos y las alianzas que se proyectan están a la orden del día. Siendo de gran importancia saber el rumbo que tomará la conducción del Estado y las reformas que traerá el viraje causado por la llegada de Gustavo Petro al poder, no está demás advertir sobre la necesidad de preservar la economía como el eje de la estabilidad de nuestra nación.

Una retrospectiva somera indica que Colombia ha sabido enfrentar con certeza los desafíos y las consecuencias que dejaron la pandemia, la abrupta recesión que ocasionó la parálisis durante el 2020 y las medidas excepcionales que tanto el Gobierno como las autoridades monetarias debieron adoptar para enfrentar la que ha sido la gran crisis económica del mundo en cien años. La inmensa mayoría de ellas fueron decisiones acertadas que están reflejándose en el crecimiento del Producto Interno Bruto a tasas excepcionales en los últimos dieciocho meses cuyo impacto se refleja en la recuperación de indicadores sociales como la generación de empleo y la caída de las cifras de pobreza.

Tan sólida ha sido esa recuperación, impulsada sin duda por los precios favorables del petróleo y los dividendos que le entrega Ecopetrol a su propietario el Estado, que la confianza se mantuvo, no obstante, el cambio político que significó el triunfo del Pacto Histórico, un giro hacia la izquierda que creó nerviosismo. Como también fue importante la designación del doctor José Antonio Ocampo como ministro de Hacienda, designación que le dio tranquilidad a los sectores económicos ante su trayectoria y su reconocimiento a nivel tanto interno como internacional.

Sin embargo, todo ese esfuerzo para salir de la crisis causada por el covid dejó un importante aumento en el déficit fiscal y en los niveles de endeudamiento que hay que pagarlos, por lo cual es casi inexorable aplicar una reforma tributaria que parece ser de gran calado. De otra parte, las turbulencias que experimentan mercados internacionales como el del petróleo, la inflación mundial, el aumento de las tasas de interés y la amenaza de una recesión, son realidades que están impulsando la devaluación y el desplazamiento de los capitales hacia mercados en los cuales obtengan más seguridad y rentabilidad.

Frente a esa perspectiva, real y tangible, están las especulaciones sobre los recursos con que contará el nuevo gobierno para desarrollar sus propuestas. Y algo que causa muchas más preocupaciones, como los anuncios sobre cambios que afectarán sectores como el energético y el minero, o que aumentarán el gasto público para atender reformas y compromisos de campaña.

Por supuesto, el nuevo gobierno puede actuar con la autonomía que le otorga el obtener el triunfo electoral. Pero no está de más advertir que las circunstancias en las cuales recibe el poder el presidente Petro deben ser manejadas con la cautela que evite consecuencias peores para la economía nacional y para el bolsillo de los colombianos. Ese es el gran desafío.

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