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El día de la paz

El acto tiene entonces un significado especial. Luego de décadas de guerra fratricida, de miles de víctimas, de destrucciones y de incalculables recursos nacionales consumidos en el conflicto, esa ceremonia significa que sí es posible terminar la guerra mediante el diálogo y la negociación.

26 de septiembre de 2016 Por:

El acto tiene entonces un significado especial. Luego de décadas de guerra fratricida, de miles de víctimas, de destrucciones y de incalculables recursos nacionales consumidos en el conflicto, esa ceremonia significa que sí es posible terminar la guerra mediante el diálogo y la negociación.

Rodeados de dos mil quinientos invitados entre los que se encuentran los presidentes y las delegaciones de decenas de países amigos, el Presidente de la República y el jefe máximo de las Farc firmarán hoy en Cartagena el acuerdo que debe poner punto final a cincuenta y dos años de insurgencia y de violencia contra el pueblo colombiano.El acto tiene entonces un significado especial. Luego de décadas de guerra fratricida, de miles de víctimas, de destrucciones y de incalculables recursos nacionales consumidos en el conflicto, esa ceremonia significa que sí es posible terminar la guerra mediante el diálogo y la negociación.Durante medio siglo, esa fue la aspiración del pueblo colombiano. Tratar de escuchar a la guerrilla más antigua del mundo para encontrar las causas que produjeron su nacimiento y buscar la manera de hacer comprender a sus dirigentes que su pretensión de acabar con las libertades y tomarse el poder a sangre y fuego era y sigue siendo imposible. Medio siglo debió transcurrir, muchos intentos frustrados y muchas muertes y víctimas debieron producirse para que las Farc se sentaran a la mesa con el compromiso de buscar el acuerdo pacífico y civilizado que dejara atrás los fusiles y la dinamita como instrumento para hacer política. Y siempre, a pesar de la tragedia que producía esa guerrilla, tuvieron al frente la opción del diálogo para llegar a una solución seria, respetable y generosa.Ese es el objeto del acto que tendrá lugar esta tarde en Cartagena de Indias. Los invitados serán testigos de la culminación de un esfuerzo de cuatro años o más por encontrar la forma de salir de esa violencia crónica e inútil que representaron las Farc. El documento de 297 páginas que se firmará hoy significa ante todo la reincorporación de un grupo de colombianos que nunca debieron abandonar nuestra sociedad para expresar su diferencia en materias políticas y sociales.Se cumple también el compromiso del presidente Juan Manuel Santos de lograr el acuerdo para terminar el conflicto con las Farc. Seis años como presidente y muchos más como Ministro y dirigente culminan hoy con la firma del acuerdo que sin duda debe cambiar el rumbo de nuestra historia. No será aún la paz definitiva para nuestra Nación, pero sí es ya un hito que demuestra que la civilización puede triunfar sobre la barbarie. Muchos años han pasado en medio de la conflagración que sólo desastres le deja a nuestra Nación. Gran parte de este nuevo camino se debe a nuestra Fuerza Pública que la han defendido y siguen haciéndolo de las intenciones totalitarias y siniestras, y ahora están listas para garantizar que se cumplan los acuerdos alcanzados en La Habana que hoy se protocolizan ante todo el país.El próximo dos de octubre, los colombianos ejercerán de manera libre el derecho a decidir si aprueban o no el acuerdo que hoy se solemniza en Cartagena. Ese es el colofón necesario para un proceso en el cual se discutieron y acordaron los puntos que las partes negociadoras consideraron esenciales para terminar el conflicto. Será ese el final democrático y pacífico que todos los colombianos estamos esperando, sin distingo alguno.

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