El centro de Cali
El asunto es sin duda complejo y tiene un componente social y económico que no se puede ignorar, como por ejemplo que un porcentaje importante del empleo informal, que en Cali llega al 44,9%, se mueve en el corazón urbano de la ciudad. Pero ello no significa que se dejen a un lado las soluciones para la recobrar el espacio público
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9 de abr de 2023, 11:55 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 05:54 a. m.
Las soluciones definitivas a la invasión del espacio público en el centro de Cali nunca llegan. Las ventas ambulantes proliferan por miles en andenes y calles del sector, la movilidad es un caos, la inseguridad pulula y las autoridades parecen incapaces de hacerle frente a una situación que afecta a los caleños en general.
El recordatorio de esa realidad se dio en días pasados cuando se presentó un incendio en un edificio comercial del sector y al Cuerpo de Bomberos se le dificultó llegar al lugar para atender la emergencia. Aunque en este caso los daños solo fueron materiales, lo cierto es que se perdieron minutos que en medio de un desastre son valiosos, tanto como para significar la diferencia entre la vida y la muerte.
La discusión sobre qué hacer con los vendedores ambulantes y con todas aquellas actividades que invaden sin permiso los espacios públicos de los caleños, se ha dado en cada uno de los gobiernos locales durante las últimas dos décadas. Cada cierto tiempo se realizan estudios, se hacen diagnósticos, se diseñan planes, pero nada se aplica o las respuestas no funcionan.
Ahora pasa lo mismo. Cuatro meses atrás la Administración Municipal presentó su más reciente investigación que le tomó dos años y arrojó como resultado que en la ciudad hay 16.000 vendedores ambulantes, cifra que puede doblarse si se tiene en cuenta la dificultad para realizar un censo real. El propósito de ese estudio es adelantar un plan piloto que permita carnetizar y formalizar a la mayor cantidad de personas que se dediquen a esa actividad, así como reorganizarlos en los mismos espacios en que habitualmente trabajan.
En principio la estrategia parece acertada, además de necesaria, en el propósito de ponerle orden a la ciudad, y para brindarles garantías a quienes se dedican al comercio informal, que de acuerdo con el censo son en su mayoría personas cabeza de hogar que cuentan con ese como el único medio de sustento para ellos y sus familias. Sin embargo, es poco lo que se ha avanzado y en general no resuelve, ni lo hará a futuro, el problema que más preocupa a los caleños: el caos que padece el Centro.
El asunto es sin duda complejo y tiene un componente social y económico que no se puede ignorar, como por ejemplo que un porcentaje importante del empleo informal, que en Cali llega al 44,9%, se mueve en el corazón urbano de la ciudad. Pero ello no significa que se dejen a un lado las soluciones para la recobrar el espacio público, que se aplacen más las decisiones que permitan regresar los andenes a los peatones para que circulen con tranquilidad y las vías a los vehículos para evitar la anarquía actual. Situaciones como la vivida por los bomberos en medio de una emergencia no se pueden permitir más.
Controlar y regular las ventas ambulantes, rescatar el espacio público y devolver el orden en la ciudad son obligaciones de la Administración Municipal. Así lo demandan los caleños.
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