El argumento del miedo
Con un sistema electoral complejo, en el cual no necesariamente gana quien obtenga la mayoría de la votación popular, los estadounidenses se alistan para las elecciones del próximo 2 de noviembre, donde cualquier cosa puede suceder.
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30 de ago de 2020, 11:55 p. m.
Actualizado el 25 de abr de 2023, 05:57 a. m.
Con la realización de las convenciones de los partidos Republicano y Demócrata, Estados Unidos entra en la recta final de la campaña para elegir su presidente a partir del 21 de enero de 2021. Será una de las más intensas y difíciles, basada en la capacidad de infundir miedo que tengan los candidatos, mientras la confrontación se toma las calles y el coronavirus sigue siendo factor de discordia.
Los cuatro años que lleva Donald Trump han sido plenos de polémicas, de conflictos y decisiones controversiales. Fiel a su estilo, el magnate no ha vacilado en colmar de epítetos a sus opositores, de desautorizar a los aliados del gran país norteamericano y de amenazar con guerras y retaliaciones a quien se atreva a desconocer sus órdenes.
Tanto al interior de su país como en el exterior, el estilo Trump ha dejado ya una huella que pretende ser prolongada por quien fue designado como candidato de los republicanos para la reelección. Como se esperaba, el lanzamiento de su candidatura fue la oportunidad para relanzar el mensaje ‘America first’ y ‘la ley y el orden’, con los cuales pretende recoger a quienes le permitieron acceder al cargo, hace cuatro
años.
Fue un esfuerzo enorme por destacar su personalidad y tratar de superar las críticas a su polémico estilo, muy cercano a un reality show en el cual la agresividad se une al uso intensivo las redes sociales para mantener una comunicación directa que supere la intermediación tradicional de los medios de comunicación, en su gran mayoría opuestos a él y críticos de su gestión.
Además de tratar de justificar sus actuaciones como presidente, y a sabiendas de que las elecciones serán ante todo un referendo a sus actuaciones, Trump usó la tribuna de la convención para usar el miedo como herramienta. Miedo al socialismo que según el presidente representa el Partido Demócrata, y a su opositor, a quien él califica como débil y proveniente de una forma caduca de hacer la política.
Una semana antes, el Partido Demócrata había formalizado la candidatura de Joe Biden, veterano político y exvicepresidente en el mandato de Barack Obama. Allí, y además de la crítica al presidente, lo que se escuchó fue el miedo como mensaje central. Miedo a que desaparezca la democracia por el estilo de gobierno de Trump, a las consecuencias que tiene en la unidad de su nación y a las que traerá la continuidad de uno de los más polémicos presidentes de su historia democrática.
Con ese argumento, frecuente en las campañas electorales en todas partes, los estadounidenses se preparan para escoger entre la reelección de Trump y el cambio representado por Biden. En medio están las grandes dificultades que desnudan las protestas en las calles por la discriminación racial, el desgaste que significa la polarización o los cuestionables resultados en materia de política internacional de los Estados Unidos.
Con un sistema electoral complejo, en el cual no necesariamente gana quien obtenga la mayoría de la votación popular, los estadounidenses se alistan para las elecciones del próximo 2 de noviembre, donde cualquier cosa puede suceder.
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