El año electoral
El que empieza hoy será un año crucial para nuestra democracia y ante todo para el futuro de nuestro país.
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2 de ene de 2022, 06:55 a. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 11:30 a. m.
Cada cuatro años, Colombia renueva la dirección de dos de sus tres poderes públicos mediante las elecciones, algo normal y más que simbólico para una democracia. En el 2022, este ejercicio de uno de los derechos fundamentales de la ciudadanía tendrá especial significación e importancia para el futuro de nuestra Nación.
Se tratará en primer lugar de renovar el Congreso de la República el próximo 13 de marzo. En él está depositada tanto la facultad de hacer las leyes como el control político y los nombramientos de magistrados, del procurador, el fiscal y el contralor de la república, entre otros organismos que realizan la labor de vigilar la actividad del Estado y de perseguir a quienes violan la ley. Y en la práctica, de realizar las transformaciones que exigen los colombianos.
La elección significa también la oportunidad de renovar la política, de combatir el clientelismo y la corrupción que afectan la labor del Estado y minan la credibilidad de los ciudadanos en él, de acabar las malas prácticas que desvían los recursos públicos y alejan a las instituciones de la misión que les ha confiado la ley. Esas y muchas otras acciones son las que esperan a quienes sean elegidos como representantes de la voluntad popular y no como propietarios y herederos de feudos que impiden cumplir los mandatos de los electores y de la Constitución Nacional.
Dos meses después, los colombianos elegirán a quien será el presidente de la República durante cuatro años. Es el jefe del Estado en un régimen que si bien es democrático muestra una tendencia creciente a la concentración del poder en el Ejecutivo. Por ello es la elección de mayor significado y la que define en gran parte la dirección que tendrá la Nación.
En esta ocasión, el proceso para elegir el primer cargo de nuestro país se iniciará en marzo con las consultas previas que decidirán quiénes será los competidores verdaderos. Y luego vendrán dos vueltas, en caso de que el triunfador de la primera no alcance las mayorías exigidas por la ley para declararlo ganador sin necesidad de llegar a la segunda.
Ante lo que hasta ahora ha sido la campaña más larga e intensa de los últimos años, todos y cada uno de los votantes decidirán con su voto si su país ratifica el compromiso con las libertades y los derechos consagrados en la Constitución, por supuesto reclamando las transformaciones que no dan espera. O si las mayorías de quienes ejercerán su derecho a elegir le entregan su confianza a quien tiene el populismo como bandera y se empeña en dividir la sociedad usando la retórica que descalifica, que alimenta las pasiones y siembra desconcierto.
Como puede deducirse, el que empieza hoy será un año crucial para nuestra democracia y ante todo para el futuro de nuestro país. Los procesos que están en marcha indican la importancia de la participación ciudadana para elegir a quienes deberán realizar las transformaciones que se requieren para consolidar nuestras libertades y al Estado de Derecho que garantiza el respeto por nuestros derechos como ciudadanos.
El 2022 será el año en el cual cada uno de los colombianos con derecho a elegir decidirá el futuro de su Nación.
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