Desafíos por enfrentar

Es sabido que la recuperación de los puestos de trabajo no se produce de manera inmediata, por lo cual se requiere de una acción del estado para aliviar sus consecuencias hasta tanto se logre el objetivo.

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3 de mar de 2022, 11:55 p. m.

Actualizado el 17 de may de 2023, 12:32 p. m.

Si bien Colombia ha registrado una reactivación vigorosa en su economía y ha podido recuperar mucho del empleo que se perdió a causa de la pandemia, la tarea por estabilizar esos indicadores está en uno de sus momentos más importantes. De ello depende que lo alcanzado hasta ahora no se traduzca en la agudización de los problemas sociales y de indicadores como la pobreza que todavía golpea a más del 40% de los colombianos.

Alcanzar un 10,6% de crecimiento en el Producto Interno Bruto al finalizar el 2021 es un logro de toda la nación, al cual contribuyeron los trabajadores y empresarios, el Gobierno y la Autoridad Monetaria que tomaron medidas oportunas para apoyar la iniciativa privada. Eso permitió que el desempleo bajara al 14,6% al finalizar enero, lo que junto al aumento de las remesas que llegaron a US$8.600 millones se tradujo en un impulso extraordinario al consumo de los hogares, la causa más importante de ese crecimiento.

Pero junto a esa buena noticia también llegaron preocupaciones, como el crecimiento de las tasas de desempleo que si bien se redujeron en 6 puntos durante el año anterior, aún no es suficiente para resolver los problemas que dejó la pandemia, y mucho menos para reducir lo que es una de las principales causas de la pobreza. Es sabido que la recuperación de los puestos de trabajo no se produce de manera inmediata, por lo cual se requiere de una acción del estado para aliviar sus consecuencias hasta tanto se logre el objetivo.

El otro aspecto grave es el aumento de la inflación, que golpea en forma directa la capacidad adquisitiva, en especial, de los sectores con menores ingresos en la medida en que afecte a los productos de primera necesidad como está ocurriendo. Sin conocerse aún lo ocurrido en febrero, se sabe que la de enero ascendió al 1,67%, y que las medidas monetarias tomadas para desincentivar el consumo, bajar la demanda y por ende reducir los precios, no es suficiente.

Es sabido que Colombia importa una proporción muy importante de esos productos básicos, de las materias primas y de los insumos agrícolas que requiere el sector agropecuario para producir alimentos. Y que nuestro país, como ocurre en casi todo el mundo, está expuesto a las variaciones que ocasiona la globalización y se resiente de la escasez y del aumento de las dificultades logísticas que se reflejan en el costo de fletes y la disponibilidad.

Por eso es oportuno que se hayan tomado decisiones como reducir o suspender de manera provisional los aranceles a las importaciones de esos productos y recursos que afectan directamente la canasta familiar.
Queda por conocerse la manera en que se ofrecerán incentivos a la producción nacional para detener la tendencia inflacionaria.

Por último, están los cambios que está ocasionando la invasión de Ucrania en la economía global. Si bien ha producido un incremento en el precio del petróleo que se traduce en mayores ingresos para el erario y a su vez a detenido la devaluación, hay que estar muy alertas para enfrentar lo que puede ser un impacto radical de graves consecuencias para todo el mundo.

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