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De la división a la unión

Si no ocurre nada anormal, el próximo 21 de enero se iniciará una nueva etapa en los Estados Unidos donde será crucial el liderazgo de Joe Biden para convocar a su enorme y poderosa nación a la unidad.

8 de noviembre de 2020 Por: Vicky Perea García

En uno de los procesos electorales más intensos y llenos de confrontaciones de su historia moderna, los Estados Unidos eligieron a Joe Biden como su presidente para los próximos cuatro años. Y aunque faltan votos por contabilizar, demandas por resolver y los procedimientos formales que declaran como ganador al candidato inscrito por el Partido Demócrata, ya se empieza a sentir el alivio de un país sometido en los últimos años a los radicalismos, la polarización y la personalidad desconcertante de su actual mandatario.

El proceso no ha terminado en la medida en que en ninguno de los cincuenta estados de la unión se ha escrutado el 100% de los votos, la mayoría de los cuales fueron consignados por anticipado o enviados por correo. Lo que se conoce es la tendencia de la votación surgida de los datos parciales dados a conocer por las autoridades electorales, la cual da a entender que Biden tiene mayorías imposibles de superar por Donald Trump, presidente en ejercicio y candidato del Partido Republicano.

Lo que ha ocurrido hasta ahora es más producto de una tradición en la cual los medios actúan como voceros de la opinión pública y declaran los resultados que publica cada Estado, los cuales son respetados y acatados por los participantes en la contienda mientras se cumplen los procedimientos legales para investir al nuevo presidente. Esta vez, y pese a que líderes de su partido y gobernantes de todo el mundo reconocen el triunfo, el presidente Trump se niega a ello y anuncia una batalla jurídica contra el proceso electoral.

No obstante, en grandes sectores de los Estados Unidos y del mundo se siente alivio a la tensión causada por el extremismo del candidato-presidente y su estrategia de agudizar las razones para la confrontación. Esa distensión es también resultado del discurso generoso de Biden llamando a la unión de los estadounidenses y a la necesidad de superar las divisiones surgidas en los años en los cuales gobernó el discurso de ‘make America grate again’.

Tal cambio se expresa en la elección de Kamala Harris como vicepresidente y lo que eso significa. Además de sus calidades intelectuales y profesionales, la señora Harris es la primera mujer elegida para ese cargo, es hija de la unión entre un jamaiquino y una hindú, es decir de inmigrantes que encontraron en los Estados Unidos las oportunidades para su desarrollo.

Su discurso, también es un llamado a superar la nociva división que padecen los Estados Unidos y fue promovida por el presidente Trump como argumento para su reelección. Y entre el presidente electo y su vicepresidenta anunciaron una nueva forma de enfrentar la pandemia del covid-19 que ha dejado 250.000 estadounidenses muertos en los últimos ocho meses.

Si no ocurre nada anormal, el próximo 21 de enero se iniciará una nueva etapa en los Estados Unidos donde será crucial el liderazgo de Joe Biden para convocar a su enorme y poderosa nación a la unidad. Será la oportunidad para que los estadounidenses definan si escuchan ese llamado o por el contrario persiste el lenguaje que dividió a su país durante el mandato de Donald Trump.

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