Cuidado con la inflación
En su momento, las medidas tomadas por el Gobierno, que implicaron decisiones como aumentar el endeudamiento interno y externo, fueron criticadas por no ser lo suficientemente amplias para enfrentar la parálisis y consiguiente recesión que originó la pandemia.
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8 de sept de 2021, 11:55 p. m.
Actualizado el 18 de may de 2023, 07:19 a. m.
A dieciséis meses de iniciada la emergencia causada por el Covid-19, la economía colombiana como la de gran parte del mundo registra impactos y variaciones de las cuales se están recuperando. Pero hay un enemigo muy peligroso que, junto con el desempleo y la pobreza puede causar grandes males a la sociedad y de manera directa la capacidad adquisitiva de los colombianos.
Se trata de la inflación que, según se informa, ya superó el 4% en lo corrido del 2020, límite establecido por la autoridad monetaria que en nuestro caso es la junta directiva del Banco de la República. En términos no técnicos, ello significa que los precios han subido en esa proporción en el país, por lo cual los consumidores tendrán que destinar más pesos a sus compras, mientras sus ingresos se mantienen estables, en especial, para los asalariados.
Las causas son varias. Está en primer lugar el exceso de liquidez de la economía producido por la abundancia de dinero que el Estado ha tenido que destinar a subsidiar la calamitosa situación de millones de hogares y a apoyar las empresas de todo tamaño para evitar la quiebra del sistema producto de la falta de liquidez, lo que entre otros efectos obliga a cerrar más puestos de trabajo.
En su momento, las medidas tomadas por el Gobierno, que implicaron decisiones como aumentar el endeudamiento interno y externo, fueron criticadas por no ser lo suficientemente amplias para enfrentar la parálisis y consiguiente recesión que originó la pandemia. En la otra orilla estuvieron quienes no están de acuerdo con esa política expansiva que implica una carga extraordinaria para las finanzas públicas, lo que puede ocasionar la pérdida de cosas como la calificación internacional o la obligación de destinar más recursos para pagar las deudas adquiridas, lo que hace obligatoria una reforma tributaria mucho más profunda que la que acaba de aprobar el Congreso.
La otra causa importante está en la tendencia es más que notoria a importar alimentos y de materias primas para industrias como la avícola, lo que se refleja en el precio de productos como el pollo y los huevos, incidiendo en forma directa e inmediata en la capacidad de compra de los colombianos. Como ese, son muchos los sectores, bienes y servicios que serán impactados si el país no detiene la tendencia al alza que según analistas puede llegar al 4,8% al finalizar el año. Por ello, le corresponde a la autoridad monetaria actuar dentro de su autonomía, tal como se lo ordena de manera expresa la Constitución Nacional.
La gran pregunta es hasta dónde puede llegar esa intervención a través del mecanismo más inmediato como es el alza de las tasas de interés para recoger el circulante y detener así la presión inflacionaria. También existe la posibilidad de mantener por un tiempo prudencial la situación existente hasta que la reactivación se consiga y se reduzcan los graves problemas de desempleo, pobreza y falta de crecimiento.
El dilema que plantea la inflación es grave y debe resolverse pensando ante todo en decisiones que causen el mayor beneficio posible a todos los colombianos.
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