Consecuencias del cambio

Atendiendo las necesidades y los problemas que los habitantes de Cali están enfrentando a causa de la emergencia, la Administración Municipal ha tomado medidas de especial importancia para que ellos puedan superar las consecuencias. Al reconocer ese esfuerzo, también es momento para advertir los efectos que tendrá en sus finanzas, en la situación de entidades como Emcali y el MÍO y en los programas que se plantean en los planes de desarrollo que fueron aprobados hace poco por el Concejo Municipal. La crisis tiene varios aspectos y la atención brindada por las autoridades municipales ha tenido resultados sin duda positivos para la ciudad. Lo más preocupante, la alerta por la llegada del coronavirus, tuvo una reacción inmediata, en un todo de acuerdo con los lineamientos trazados por el Gobierno Nacional y la urgencia de convocar la colaboración de los caleños que en su inmensa mayoría respondieron al llamado, lo cual ha impedido un contagio más extendido del que se ha registrado hasta ahora. También es necesario reconocer el esfuerzo, casi solitario, por enfrentar la llegada de miles de ciudadanos venezolanos que vinieron de los países del sur y de otros lugares de Colombia, huyendo de la pandemia, de la parálisis que produjo en todas partes y de las precarias condiciones en que se encuentran. Y debe hacerse una referencia al apoyo en materia alimentaria que se ha repartido entre miles de familias, así como la inversión en salud y en la adecuación de clínicas para atender a los pacientes del Covid. A grandes rasgos, la enumeración muestra los esfuerzos que debió realizar el Municipio en los tres meses del aislamiento social. A ello hay que agregarle el impacto en sus finanzas por la parálisis en los recaudos de sus ingresos, así como la erogación que se ha requerido. Ahora debe sumarse la decisión de ampliar las facilidades y los descuentos al impuesto predial, la columna vertebral de los ingresos propios. Es un cambio abrupto y explicable, al que se agregan las medidas de Emcali para facilitar el pago de los servicios públicos a su cargo, así como los efectos que ocasionarán la parálisis y las medidas especiales que impiden usar a plena capacidad el MÍO. Y si bien el grueso de los ingresos municipales corresponde a transferencias nacionales, debe reconocerse que la situación económica de las familias, de las empresas y de los emprendimientos durará un tiempo largo en recuperarse, lo que influirá en el recaudo fiscal y los negocios en Cali. La situación es pues de gran inquietud y demanda una revisión a fondo de la situación financiera en que están quedando el Municipio y sus entidades descentralizadas.

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8 de jun de 2020, 11:55 p. m.

Actualizado el 25 de abr de 2023, 07:07 p. m.

Atendiendo las necesidades y los problemas que los habitantes de Cali están enfrentando a causa de la emergencia, la Administración Municipal ha tomado medidas de especial importancia para que ellos puedan superar las consecuencias. Al reconocer ese esfuerzo, también es momento para advertir los efectos que tendrá en sus finanzas, en la situación de entidades como Emcali y el MÍO y en los programas que se plantean en los planes de desarrollo que fueron aprobados hace poco por el Concejo Municipal.

La crisis tiene varios aspectos y la atención brindada por las autoridades municipales ha tenido resultados sin duda positivos para la ciudad. Lo más preocupante, la alerta por la llegada del coronavirus, tuvo una reacción inmediata, en un todo de acuerdo con los lineamientos trazados por el Gobierno Nacional y la urgencia de convocar la colaboración de los caleños que en su inmensa mayoría respondieron al llamado, lo cual ha impedido un contagio más extendido del que se ha registrado hasta ahora.

También es necesario reconocer el esfuerzo, casi solitario, por enfrentar la llegada de miles de ciudadanos venezolanos que vinieron de los países del sur y de otros lugares de Colombia, huyendo de la pandemia, de la parálisis que produjo en todas partes y de las precarias condiciones en que se encuentran. Y debe hacerse una referencia al apoyo en materia alimentaria que se ha repartido entre miles de familias, así como la inversión en salud y en la adecuación de clínicas para atender a los pacientes del Covid.

A grandes rasgos, la enumeración muestra los esfuerzos que debió realizar el Municipio en los tres meses del aislamiento social. A ello hay que agregarle el impacto en sus finanzas por la parálisis en los recaudos de sus ingresos, así como la erogación que se ha requerido. Ahora debe sumarse la decisión de ampliar las facilidades y los descuentos al impuesto predial, la columna vertebral de los ingresos propios.

Es un cambio abrupto y explicable, al que se agregan las medidas de
Emcali para facilitar el pago de los servicios públicos a su cargo, así como los efectos que ocasionarán la parálisis y las medidas especiales que impiden usar a plena capacidad el MÍO. Y si bien el grueso de los ingresos municipales corresponde a transferencias nacionales, debe reconocerse que la situación económica de las familias, de las empresas y de los emprendimientos durará un tiempo largo en recuperarse, lo que influirá en el recaudo fiscal y los negocios en Cali.

La situación es pues de gran inquietud y demanda una revisión a fondo de la situación financiera en que están quedando el Municipio y sus entidades descentralizadas. Por ello se debe insistir en la revisión del plan de desarrollo y del gasto público municipal en aspectos tan sensibles como la contratación de prestación de servicios que se han usado siempre por razones políticas. Es un cambio dramático que requiere casi un borrón y cuenta nueva en materia presupuestal para impedir que la crisis fiscal de Cali se convierta en otra dificultad para el progreso de la capital vallecaucana y la atención de las necesidades de los caleños.

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