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Compromiso con la verdad

Decir la verdad, reconocer los crímenes, mostrar el arrepentimiento sobre los hechos que cometieron y reparar a sus víctimas, fueron algunos de los principales compromisos de las Farc al momento de firmar el acuerdo de La Habana.

3 de marzo de 2020 Por: Editorial .

Decir la verdad, reconocer los crímenes, mostrar el arrepentimiento sobre los hechos que cometieron y reparar a sus víctimas, fueron algunos de los principales compromisos de las Farc al momento de firmar el acuerdo de La Habana. Hoy, y ante lo que se escucha en la Justicia Especial de Paz y en la Comisión de la Verdad, esa promesa parece diluirse.

Lo más grave de todo lo hasta ahora conocido, es la sistemática negación que han expresado quienes encabezaban esa guerrilla de los crímenes de lesa humanidad cometidos contra los miles de secuestrados que tuvieron en su poder, ya fuera para lograr utilidades económicas o con propósitos de intimidación contra los colombianos y el Estado. Porque son secuestrados según la legislación internacional y nacional, así la JEP y esos cabecillas insistan en denominar como retenciones lo que cometieron, verdaderos atentados contra la dignidad de sus víctimas y el desconocimiento más aterrador de sus Derechos Humanos de que tenga memoria nuestra Nación.

Pese a los relatos de víctimas que como Ingrid Betancourt, el general Luis Mendieta, el policía Jhon Frank Pinchao y tantos otros dirigentes políticos y funcionarios del Estado, de los miles de ciudadanos del común que padecieron el tratamiento despiadado y atroz de sus victimarios, los integrantes de las Farc, para éstos últimos no existieron tales crímenes atroces. Por el contrario, según el dicho de quienes hoy son cobijados por la JEP, a esas personas les aplicaron medidas como amarrarlos a árboles, encerrarlos en campos de concentración, atarlos durante años con cadenas al cuello o desaparecerlos, para garantizarles su seguridad.

El acuerdo de La Habana no fue firmado para pisotear la verdad, desconocer la aterradora crueldad de las Farc contra seres humanos indefensos o descargar su responsabilidad en las víctimas de su infinita sevicia. Y con seguridad, quienes representaron al Estado en esa firma, tampoco estarán de acuerdo con el cinismo que confirma las dudas de la inmensa mayoría de la Nación y hace temer por el resultado final que puede llevar a la impunidad total.

Por eso es tan importante que la JEP actúe alejada de ideologismos y sus integrantes tengan en cuenta la verdad que narran las víctimas en sus declaraciones. De esa verdad sobre el horror que padecieron ellas y sus familias por el secuestro y el abuso de que fueron objeto, existen miles de pruebas documentales como los videos que las Farc repartía para sembrar el miedo y obligar a una negociación, o para lucrarse del terror y la incertidumbre que sembraron.

Son muchos los incumplimientos de las Farc que se han registrado en asuntos como la entrega de bienes para indemnizar a sus víctimas y la negativa a reconocer su responsabilidad en el narcotráfico. Pero ahora, con su negación de la barbarie que aplicaron a los secuestrados y sus justificaciones absurdas, puede decirse que le están asestando un golpe mortal a la credibilidad de un acuerdo basado en la verdad, la justicia y la reparación.

Ojalá, la Justicia Especial de Paz tenga muy en cuenta el testimonio de las víctimas.

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