Brasil, en campaña
Será el regreso de la confrontación entre una derecha radical personificada por el actual mandatario y un socialismo populista suficientemente conocido durante los doce años en los cuales Lula ejerció la primera magistratura del país más grande de América Latina
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8 de may de 2022, 10:55 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 11:49 a. m.
Cinco meses antes de realizar sus elecciones presidenciales, Brasil vive ya la tensión que produce una creciente polarización que puede llegar a generar confrontaciones. La causa está en el anunciado propósito de reelección del presidente Jair Bolsonaro y el lanzamiento de Luis Inácio Lula da Silva, el expresidente que resurge de las cenizas luego de que se anularan las condenas por corrupción en su contra.
Será el regreso de la confrontación entre una derecha radical personificada por el actual mandatario y un socialismo populista suficientemente conocido durante los doce años en los cuales Lula ejerció la primera magistratura del país más grande de América Latina.
Aunque en diciembre pasado Lula parecía arrasar a su contrincante según las encuestas, el margen se está cerrando en forma paulatina, llegando a un 54% frente al 36% a favor de su contrincante.
Tales estadísticas reflejan el grado de confrontación que está presentándose en el proceso electoral, así no se haya iniciado de forma oficial. Es la confrontación entre un Bolsonaro que insiste en sus posturas radicales de derecha al que le correspondió atender la pandemia del Covid-19 y la crisis social y económica y no lo han acompañado lo mejores resultados, y Lula, quien logró un desarrollo de su país basado en la libre empresa mientras promovía hacía el exterior el socialismo que acompañó a Hugo Chávez con su diplomacia, y fue condenado por sus vínculos con Odebrecht, del cual fue su relacionista público una vez salió del gobierno, y la corrupción que devoró a su partido de los Trabajadores.
Ninguno de los dos parece despertar hoy la simpatía del electorado. Pero sus nombres anticipan una confrontación que se calienta a diario con sus declaraciones y ataques mutuos. Sin embargo cada uno habla de recatar a su manera al Brasil de la situación que atraviesa, no muy distante de la que se vive en todo el vecindario latinoamericano, agravado por los triunfos de presidentes que como el del Perú se debate en el descrédito y la ineptitud, o el de Chile, que empieza a desencantar a sus electores.
Será obligado entonces asistir a una campaña marcada por las descalificaciones contra el presidente en ejercicio por sus innegables excesos y errores que le han ganado el desencanto de amplios sectores de la clase media. Al otro lado, y como ya está sucediendo, Lula, quien se alió con un antiguo rival, Gerardo Alckmin de la derecha moderada para tratar de ganar audiencia en los sectores tradicionales y empresariales, pretenderá revivir su popularidad que le permita superar la desconfianza que causan las innumerables acusaciones de corrupción contra su partido, sus colaboradores y contra él mismo.
Brasil entra pues en modo electoral y en condiciones en las cuales la unión es necesaria para superar las crisis sociales, económicas y de confianza que arrastra. Salvo alguna sorpresa, entre Bolsonaro y Lula estará el presidente para el próximo período. Y durante los próximos cinco meses será escenario de una campaña dura y difícil, donde los radicalismos y las descalificaciones serán el pan de cada día.

Directora de El País, estudió comunicación social y periodismo en la Pontificia Universidad Javeriana. Está vinculada al diario EL País desde 1992 primero como periodista política, luego como editora internacional y durante cerca de 20 años como editora de Opinión. Desde agosto de 2023 es la directora de El País.
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