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Una afrenta contra Colombia

Lo concreto y lo real es que Don Manuel sigue secuestrado, así como un buen grupo de colombianos.

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Angelino Garzón, columnista El País
Angelino Garzón | Foto: El País

7 de nov de 2023, 02:00 a. m.

Actualizado el 7 de nov de 2023, 03:40 a. m.

El secuestro del profesor Luis Manuel Díaz, padre del querido y extraordinario jugador colombiano Lucho Díaz, es un atentado contra la dignidad humana y una verdadera afrenta contra Colombia.

No se puede admitir, ni se puede tolerar, que supuestas reivindicaciones como la lucha por la liberación del pueblo, se pretendan justificar mediante el secuestro de personas individuales o colectivas, porque dinamita el más mínimo código ético, moral o legal.

A Colombia le duele, le indigna, el secuestro de cada uno de sus hijos o hijas. Le duele porque cada uno de nosotros pensamos en el dolor, el sufrimiento, la impotencia y el terror que puede sentir el secuestrado, cada día viviendo su vida en suspenso y ante la terrible incertidumbre y tortura (porque el secuestro también es tortura y tormento) de la posibilidad de que su vida sea segada.

Por más manifestaciones verbales de los voceros del Eln, de reconocer que dicho secuestro fue un error y que el Gobierno Nacional reconozca que dicho secuestro va en contra de los diálogos de paz con ese grupo guerrillero, lo concreto y lo real es que Don Manuel sigue secuestrado, así como un buen grupo de colombianos.

Como persona que he respaldado los esfuerzos del Presidente Petro por procurar una política de paz con la guerrilla del Eln, creo que es necesario que el Gobierno Nacional le manifieste, de manera muy tranquila, pero muy enfática, que se suspenden los diálogos de paz en México y una vez lo hayan liberado, sano y salvo, sin ningún tipo de condiciones, se reanudarán dichos diálogos.

Reiterando que la práctica del secuestro y la desaparición forzada son delitos que violentan la dignidad humana, considero que, pensando en el presente y futuro de Colombia, lo fundamental en los actuales momentos, es lograr la libertad inmediata de Don Manuel, para lo cual sería muy importante que, tanto el Gobierno Nacional como la guerrilla del Eln, se comprometieran públicamente y de manera temporal con la existencia de un corredor humanitario de dos días que posibilite su entrega a una comisión integrada, entre otros, por el gobernador de la Guajira, el alcalde del municipio de Barrancas, los comandantes de las fuerzas militares y de policía de la Guajira, a la iglesia católica y a la Defensoría del Pueblo.

Paralelo a ello, reitero que, tanto el Presidente como el Canciller de la República, deben solicitar al Gobierno de Venezuela que las fuerzas militares y civiles de ese hermano país colaboren con las de Colombia en el logro de la libertad con vida de Don Manuel.

Si a pesar de lo anterior, la guerrilla del Eln, terca y equivocadamente prosigue con el secuestro del papá de Lucho Díaz, sería un error político que el Gobierno Nacional siguiera dialogando con ese grupo, en la denominada mesa de paz de México.

Los colombianos debemos enfrentar este atentado contra la dignidad de las personas, Unidos en la Diferencia, y con la iniciativa, entre otros de los medios de comunicación, de los gobiernos regionales salientes y entrantes, de la Federación Colombiana de Fútbol y la población en su conjunto, movilizarnos en todas las ciudades de Colombia exigiendo la libertad tanto de don Manuel como de las demás personas secuestradas.

Exministro de Trabajo, exvicepresidente de Colombia, exgobernador del Valle

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