Para que vallecaucanos votemos por vallecaucanos

Recién inscritas las listas al Congreso, comenzaremos a ver nuestras calles invadidas por aspirantes al Senado, visitantes que tienen sus casas, sus trabajos y su actividad política en otros departamentos. El motivo de sus venidas será convencer a los vallecaucanos que votemos por ellos. Con ese propósito harán hasta lo imposible por conquistar las importantes votaciones de las diferentes ciudades del Valle; comprarán líderes, les prometerán lo divino y lo humano, para que los electores ingenuamente terminen votando por esos pasajeros de la política y de los aviones.

Y nuestro departamento, el mismo que eligió en su momento grandes figuras de la política nacional, terminará cada vez con mayor proporción convertido en exportador dadivoso de votos. Recalco el adjetivo ‘dadivoso’ porque no imagino a esos foráneos luchando a brazo partido por la profundización del canal de acceso a Buenaventura, o por la vía Mulaló-Loboguerrero, o por partidas importantes en el presupuesto para la seguridad del Valle y frenar la delincuencia en el norte del Cauca, o por buscar la competitividad del Pacifico colombiano mejorando las condiciones sociales y la infraestructura del litoral.

Una vez elegidos y posesionados como ‘honorables congresistas’, difícilmente volverán a tocar esta tierra, la que les dio los votos para llegar a sus curules; de pronto vendrán a visitar a sus compadres, en algunos casos, paisanos nuestros que prefirieron llenar sus bolsillos antes que, con patriotismo vallecaucano, apostarle a buenas cartas que están en las listas.

Estos endosantes dirán en su defensa que no hay por quién votar. No es cierto. Excelentes nombres ya están en el partidor: Christian Garcés, séptimo en la lista del Centro Democrático; Juan Fernando Reyes Kuri por el Nuevo Liberalismo; Norma Hurtado por el Partido de la U; Carlos Fernando Motoa por Cambio Radical, para citar algunos. En la Cámara qué bueno ver a Santiago Castro por el Centro Democrático, a Víctor Manuel Salcedo por el Partido de la U o a Ana María Sanclemente por Cambio Radical. Todos excelentes.

Desde orillas más cercanas, veo con entusiasmo el trabajo admirable que un grupo de jóvenes están haciendo por revitalizar el Partido Conservador. Me parece clave que se fortalezcan los partidos y con ellos las ideologías. No puede ser que exista Petroconservatismo, incoherencia total; tampoco es razonable que el Partido no honre la cantidad de conquistas sociales logradas a través de su historia centenaria. En ese proceso de restauración se presentó como aspirante al Senado Juan Camilo Vélez Londoño, contador y exitoso emprendedor en la construcción de vivienda. Es hijo de Gustavo Vélez, el actual alcalde de Tuluá, familia que de manera heroica se ha atravesado a los delincuentes que quieren cartelizar diversas actividades económicas del centro del Valle del Cauca. Jóvenes valientes que quieren rescatar la política sana.

A la Cámara de Representantes por el Partido Conservador, hay una lista refrescante, sin desgastados nombres del proselitismo tradicional; encabezada por Liliana Solano, emprendedora de Siloé; en otros renglones están Richard Rivera, Anderson López, la comunicadora Luz Ángela Pulido y el joven Alejandro Gaviria Noreña, entre otros. En esa lista tengo una admiración especial por Rigo Alexánder Vega, administrador de empresas y profesor de Univalle, nacido en el norte del departamento quien con una tenacidad increíble le ha inyectado a la política un nuevo aire.

Entre Juan Camilo C20 al Senado y Rigo C113 a la Cámara han hecho un equipo fuerte y dinámico. Que se mueva la contienda política con figuras nuevas y con arraigo vallecaucano, que conozcan de nuestras necesidades y de sus soluciones. A votar por los nuestros para recuperar la grandeza de nuestra región.