Columnistas
Oda al chisme
Una persona que no me conoce, que nunca ha sido mi amiga, como ella presumió, ensuciando así la reputación de un hombre sencillo y amoroso...
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25 de ago de 2025, 02:13 a. m.
Actualizado el 25 de ago de 2025, 02:13 a. m.
He sufrido en carne propia a este descendiente directo de la mentira: el irrespeto que arruina vidas y amistades, que atraca con alevosía a víctimas indefensas y arruga corazones.
Una vecina de una amiga reciente, mujer infame, ha difundido maledicencias contra mí. Una persona que no me conoce, que nunca ha sido mi amiga, como ella presumió, ensuciando así la reputación de un hombre sencillo y amoroso.
Me vino a la memoria, cuando niño en mi pueblo, una señora muy conocida por levantar falsos testimonios. Le pusieron como apodo ‘Retén Pare’, porque detenía a la gente, la interrogaba y convertía en chisme lo que escuchaba. Mi mamá siempre nos advertía que no le contáramos nada, porque con una voz plañidera nos preguntaba:
— Mijitos, ¿qué van a comer hoy?, ¿su papito vino a dormir?
Nosotros ya estábamos prevenidos y, en una ocasión, con mi primo Gonzalo (QEPD), que era el rey de la ironía y del humor negro, decidimos darle una lección. Le dijimos:
—Le vamos a contar algo que es verdad: vimos a su esposo con la señora que vende fritanga en el mercado, cogidos de la mano.
Aquella mujer pegó un grito ensordecedor, casi le da un patatús, y nos gritó:
—¡Ustedes son unos chismosos, váyanse para el carajo!
Y, todavía, descaradamente, le puso la queja a mi papá.
El término chisme se refiere a rumores o conversaciones sobre asuntos personales de otros, casi siempre con una connotación negativa o malévola. Se basa en especulaciones o información no confirmada, lo cual puede llevar a malentendidos y conflictos, afectando la imagen personal o pública y las relaciones entre personas. Puede tener consecuencias graves como la difamación, el aislamiento social o la creación de conflictos.
El chisme es una práctica social antigua y universal, vinculada a menudo a connotaciones negativas. La psicología reconoce el chisme cercano a la mitomanía, una tendencia compulsiva a mentir de manera sistemática y sin necesidad aparente. Esta práctica afecta y traumatiza, generando consecuencias desagradables tanto en lo personal como en el entorno.
Una forma de neutralizar a los chismosos es enfrentarlos y hacerles ver que nos están agrediendo, que nos roban la tranquilidad y la paz. Yo tengo un adagio que practico:
“Dios, líbrame de los chismes y consejas, que yo me libro de lo demás”.
Dejen el chisme, vivan su vida y permitan que los demás vivan la suya.
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