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Resurrección de Mao (2)

Está por verse si el resultado final será solo un capitalismo menos salvaje, o un cambio más profundo que genere un maoísmo del Siglo XXI

26 de septiembre de 2021 Por: Vicky Perea García

La semana pasada decía que el premier chino Xi Jinping estaba empezando a tomar medidas para resucitar el viejo objetivo maoísta de ‘prosperidad compartida’, controlar el capitalismo salvaje que se ha adueñado del país y disminuir un poco las enormes desigualdades que ha creado. Otros interpretan estos movimientos como una estrategia para rescatar al capitalismo de sus propios excesos, tal como ocurrió en Estados Unidos un siglo antes.

El proceso seguido desde 1980 en la China comunista/capitalista (o tal vez en el orden contrario) ha sido comparado con lo que Mark Twain llamó la “época dorada” (Gilded age) de Estados Unidos, al final del Siglo XIX. Una época de acelerado crecimiento industrial y urbanización; época de consolidación de monopolios como el petróleo, los ferrocarriles o el acero, de gran especulación financiera y abuso a los consumidores; época de brutal desigualdad y los primeros multimillonarios, llamados los ‘barones ladrones’ por la forma corrupta en que lograron sus fortunas.

Como reacción a estos excesos vino la llamada ‘Época Progresista’ con fortalecimiento de los sindicatos, estrictas leyes antimonopolios y reformas políticas, sociales y laborales que buscaban mejorar las condiciones de los obreros pero también profundizar la democracia. Ahí acaba la similitud con China, donde el control a los monopolios capitalistas va de la mano con el fortalecimiento del poder político del Partido Comunista.

Desde que asumió el poder en 2012 Xi anunció políticas para disminuir la pobreza, sobre todo la rural, y combatir las alianzas corruptas de empresarios y funcionarios públicos. En los dos campos ha logrado avances y dado golpes muy publicitados. Más recientemente ha iniciado una ofensiva contra los grandes monopolios tecnológicos y otra para mejorar la equidad en la educación.

Por ejemplo, a finales de 2020 detuvo la oferta pública de acciones de la empresa Fintech del grupo Ant, parte del gigante del comercio electrónico Alibaba controlado por el hombre más rico de China, Jack Ma. Esta operación en las bolsas de Shanghai iba a ser la mayor oferta de acciones en todo el mundo, y fue suspendida solo dos días antes con el argumento de que las operaciones financieras del grupo Ant eran demasiado riesgosas y debían ser reguladas. De hecho, después fue sometida al control de Banco Central de China.

Las medidas contra Alibaba y Ma no se detuvieron allí, y en abril de este año le fue impuesta una multa de US$2800 millones por prácticas monopólicas y abuso de posición dominante. A diferencia de lo que pasa en otros países, Alibaba no recurrió la multa ni acusó a los reguladores, sino que Jack Ma pidió excusas en público y se comprometió a ser más responsable con la sociedad. Después ofreció donar US$15.000 millones para proyectos sociales.

En materia de educación el objetivo es lograr una verdadera igualdad de oportunidades fortaleciendo la educación pública y eliminando las ventajas que da la privada para acceder a mejores universidades y empleos. Para ello se controlaron las lucrativas empresas de tutores privados, causando grandes pérdidas a sus accionistas.

Son muchas otras las medidas de regulación y control de los monopolios, así como otras de mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores dándoles mayor acceso a salud, educación y vivienda. Está por verse si el resultado final será solo un capitalismo menos salvaje, o un cambio más profundo que genere un maoísmo del Siglo XXI.

AHORA EN Mauricio Cabrera Galvis