Protocolos contra la violencia

El alma de las organizaciones son sus personas, y entre ellas se tejen todo un universo de relaciones, las cuales deben estar mediadas por el respeto y estar libres de violencia.

GoogleSiga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias

24 de mar de 2019, 11:35 p. m.

Actualizado el 17 de abr de 2023, 11:36 p. m.

El alma de las organizaciones son sus personas, y entre ellas se tejen todo un universo de relaciones, las cuales deben estar mediadas por el respeto y estar libres de violencia. A lo largo de la historia, la estructura de las sociedades humanas ha cambiado enormemente, y estos cambios, traen nuevos modos de vida, formas de pensar, valores y ventajas que ayudan al control y favorecen el bienestar comunitario.

Dentro de los cambios sociales que hoy evidenciamos, está la toma de conciencia y las acciones implementadas, que pretenden erradicar de nuestro contexto social las conductas que atentan contra la dignidad humana, especialmente las que se traducen en diferentes tipos de violencia, discriminación y abuso de poder, entre otras.

Gracias al trabajo de organizaciones especializadas, los medios de comunicación, el activismo en las redes sociales y las valientes denuncias públicas de muchas víctimas, han quedado al descubierto las conductas censurables que venían ocurriendo, que evidencian que estos problemas tenían profundas raíces y que por años estuvieron escondidas bajo la mirada cómplice de una sociedad que no supo dar el cuidado requerido a quienes sufrieron en silencio situaciones de acoso, violencia o discriminación.

Según reportes de la Línea 155 de orientación a la mujer de la Policía Nacional, entre el periodo comprendido entre 2015 y 2017 se denunciaron más de 120 casos de acoso laboral, cifra que se estima inferior a la realidad, dado el temor de muchas personas a denunciar so pena de arriesgar su trabajo.

Esta situación revela la imperiosa necesidad que tienen las organizaciones de implementar protocolos de prevención y atención de violencia, acoso y discriminación, que brinden rutas para la denuncia de estos comportamientos y herramientas para el cuidado de los afectados.
Los ambientes sanos de trabajo en las organizaciones deben ser una realidad que superen las declaraciones de principios y valores institucionales, materializándose en estrategias e instrumentos eficaces que respondan a principios de transparencia, respeto, equidad y cero tolerancia frente a conductas que lesionen o afecten la dignidad de las personas.

Por esto, ignorar o subestimar las denuncias de las víctimas, la normalización de conductas indebidas y el silencio cómplice, no pueden seguir siendo opciones válidas para ninguna organización moderna que se precie de aplicar políticas adecuadas de responsabilidad social empresarial o prácticas de buen gobierno corporativo, siendo entonces una garantía, la adopción de protocolos o mecanismos de prevención y atención de casos de violencia, con el fin de generar una confianza por parte de los más vulnerables, y constituir una seria advertencia a los abusadores: “El que la hace, la paga”.

La sociedad actual debe asumir con mucha fuerza y persistencia la construcción de ambientes más sanos y protegidos para los débiles.
* Rector Universidad Javeriana Cali

Sigue en Twitter @RectorJaveCali

Rector de la Universidad Javeriana de Cali. Fue director del periódico Editorial La Patria S.A. Director Ejecutivo del Programa Paz de la Compañía de Jesús. Rector del colegio Berchmans de Cali. Presidente de Acodesi, Red de Colegios Jesuitas de Colombia. Profesor y Decano Académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana. Desde el 2002 es columnista del periódico La Patria y actualmente de El País.

Regístrate gratis al boletín de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

AHORA EN Luis Felipe Gomez Restrepo