Pragmatismo y democracia
Con tal de tener crudo asegurado, lo que sea, incluso sonreírle -entiéndase legitimar- a quien hasta hace poco era un dictador y tirano. Todo esto, con la anuencia del Gobierno de Colombia.
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4 de jun de 2022, 11:50 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:44 p. m.
Es inaceptable el cambio de posición de Estados Unidos con relación a Venezuela. Por más explicaciones, se trata de una decisión pragmática para allanar un camino que le permita reemplazar el petróleo que importaba de Rusia por el de Venezuela. Con tal de tener crudo asegurado, lo que sea, incluso sonreírle -entiéndase legitimar- a quien hasta hace poco era un dictador y tirano. Todo esto, con la anuencia del Gobierno de Colombia.
Dice el gobierno estadounidense que se trata de un intento para “reimpulsar el diálogo entre el régimen de Nicolás Maduro y la oposición agrupada en la Plataforma Unitaria”, “que no se trata de un cambio de reconocimiento al régimen chavista”, “que es un gesto de buena voluntad”, que la Plataforma Unitaria “vino a pedirnos que hiciéramos eso para volver a la mesa de negociación” suspendida por la extradición de Alex Saab. Falso.
Si bien es cierto que tanto la oposición venezolana como el gobierno de Estados Unidos estaban buscando restablecer el diálogo con el régimen de Maduro para que convoque a elecciones libres, es increíble el novelón que han armado para justificar el cambio de posición, cuando la razón real es volver a contar con petróleo venezolano en reemplazo del ruso, y tratar de controlar el precio de la gasolina que está impactando la economía.
Pero detrás de la flexibilización sancionatoria hay algo más. No solo se trata de empezar a reconstruir la capacidad de producción de petróleo de Venezuela sino de revisar la prohibición a comercializar bonos del Tesoro venezolano en los mercados financieros. Maduro ha desplegado un fuerte lobby en Washington para que se levante esa sanción, que perjudica no solo a Venezuela sino a varios sectores económicos estadounidenses.
Como era de esperar, distintas organizaciones de venezolanos opuestos al régimen de Maduro, expresaron un “rotundo rechazo” a la intención de aliviar las sanciones contra el régimen de Nicolás Maduro. Quien preside la asociación de venezolanos en el exilio anunció que Estados Unidos asume así “una posición de reconocimiento y debilidad ante una tiranía que sigue teniendo presos políticos y violando los derechos humanos.”
Y qué decir de la reacción de Colombia. Flexibilizar las sanciones no es un triunfo del ‘cerco diplomático’. ¡Es un triunfo de Maduro! Aguantó y arrodilló a Estados Unidos. Y a Colombia. El prohijar y respaldar al Eln y a las nuevas Farc, que tanto daño le causan al país, pasó a un quinto plano. Pasó también, la defensa de la democracia y los derechos humanos. A cambio de qué, de nada. ¿Ser un aliado estratégico no miembro de la Otán?
Colombia ha debido pararse en la raya. Manifestarle a Estados Unidos su desacuerdo, como lo hizo cuando el gobierno Biden visitó a Maduro para pedirle petróleo. Maduro no es menos dictador que Putin, ni los ingresos del petróleo venezolano menos lesivos que el ruso, ni la violencia de los grupos criminales que actúan desde Venezuela contra el pueblo colombiano menos abominable que la desatada contra el pueblo ucraniano.
Se confirma que, por encima de la democracia y los derechos humanos en la región, están los intereses internos de los Estados Unidos. Se dirá que así ha sido, es y será, y que es natural, pues todo país debe anteponer sus fines a los de los demás. Y sí. Ningún país y menos las potencias actúan por altruismo. Salvo Colombia y la oposición venezolana, que creyeron ingenuamente que podían contar con el país del norte para contener a Maduro. Ahí está el resultado. Todo tiene un precio. Incluso la dignidad de una Nación.
Sigue en Twitter @FcoLloreda

Abogado y doctor en política de la Universidad de Oxford. Se desempeñó como Ministro de Educación, Embajador en La Haya, Alto Consejero Presidencial para la Seguridad Ciudadana, y Director de El País de Cali. Actualmente es Presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo, gremio de la industria de hidrocarburos.
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