El mandato de amar
Es un camino no solo para la salvación del más allá, sino también para hacer posible en esta tierra el mandato de amar,
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4 de abr de 2023, 11:50 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 05:54 a. m.
Un poco más de dos siglos después, la figura de Jesús continúa ocupando un lugar relevante en la vida de millones de personas, especialmente en Occidente. Su mensaje y enseñanzas guían una religión organizada (católica), pero también a muchos que se congregan en miles (se estima que 6.000) de otras sectas o grupos que tienen otro tipo de interpretaciones sobre el legado de esta figura sorprendente que predicó y obraba milagros al Norte del mar de Galilea. Pero a unos y otros resulta común la esencia reveladora de su mensaje de amor, la sobrecogedora circunstancia de su muerte y su resurrección.
Por cuenta de su vida, obra y milagros, la redención y la transformación ha llegado a innumerables personas, como son también incontables las buenas obras que han llevado alivio y esperanza en circunstancias en las que es degradada la condición humana, por cuenta de la violencia, discriminación, hambrunas y catástrofes. Pero, no obstante ser el Príncipe de Paz, no deja de ser lamentable que en su nombre se hayan desatado también guerras, violencia y odiosas discriminaciones.
En muchos sentidos, el mensaje de Jesús es complejo y a veces parece contradictorio. En sus palabras (no más de 70.000 en los evangelios) invita a amar y perdonar incluso a los enemigos: “Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra” (Lucas 6, 29), para no hablar de su invocación a la paz cuando en su memorable “Sermón de la montaña” nos dice: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5, 9).
Sin embargo, también fue dicho de su parte “no penséis que he venido a traer paz a la tierra, sino espada…” (Mateo 10, 34). ¿Con cuál versión de este Jesús deberíamos quedarnos hoy en día? Frente a los desafíos complejos y graves de estos tiempos, cuál sería la respuesta a la pregunta… ¿Y qué haría Jesús?
La experiencia de Jesús en la vida de las personas es particular, no obstante, lo que dicten las normas y cánones de las religiones organizadas. Para algunos se trata de una presencia cercana que sustenta, sobre todo, la vida cotidiana. Para otros, la mayor de las promesas es ir al cielo y alcanzar la vida eterna, mientras que para una buena parte de otros, la experiencia es lejana (de domingo) o reservada solo para circunstancias excepcionales (crisis).
La gente se aleja de la fe y especialmente de la religión organizada, por muy diversas razones, unas muy humanas, pero otras más místicas. De las primeras dan cuenta especialmente las incoherencias entre lo que se predica y lo que se hace, comenzando por las jerarquías. De las segundas hay asuntos tan complejos como el de ¿por qué muchas oraciones no son escuchadas, mientras otras sí? o ¿por qué a la gente buena le ocurren cosas malas?
Dado que las doctrinas imponen un camino dificilísimo (tal vez sobrehumano) para ser verdaderos seguidores, yo postulo la necesidad de un Jesús más personal, práctico y útil, cuya cercanía derive más del amor que del temor. Es un camino no solo para la salvación del más allá, sino también para hacer posible en esta tierra el mandato de amar, que es tal vez la más importante de las enseñanzas de Jesús, pero que se encuentra extraviada entre disputas teológicas y el caos apocalíptico propio de estos tiempos.
Debiéramos ver como una extraordinaria revelación, que todos estamos llamados a ser santos, no porque tengamos que ser puros o devotos, sino en el sentido de, simplemente, volver a amarnos los unos a los otros.

Especialista en Cultura de Paz y Derecho Internacional Humanitario y Ciencia Política y Resolución de conflictos. Ha trabajado con instalacias del gobierno nacional, departamental y local así como entidades internacionales en temas de Convivencia, Reconciliación y Memoria Histórica. A estado en las transiciones de la guerra en varias naciones como Nicaragua y El Salvador y acompañó el proceso de reintegracion a la vida civil del M19 en Colombia
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