Columnista

Diagnosticar la depresión inicia la mejoría

La mejor forma de ayudar a una persona con depresión es entender y aceptar que es una condición médica que le puede dar a cualquiera.

GoogleSiga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias

Carlos E. Climent
Carlos E. Climent | Foto: El País

19 de oct de 2025, 01:16 a. m.

Actualizado el 19 de oct de 2025, 01:16 a. m.

Lo más común frente a una depresión, en sus comienzos, es negarla. Quien no la niega es aquel que la ha sufrido y ha salido de ella. Por regla general, quien no la ha tenido no puede entender lo que significa padecerla. Los allegados de una persona con síntomas depresivos que se prolongan en el tiempo se saturan, se cansan y se irritan por la falta de mejoría. Razón por la cual al paciente le hacen comentarios como: “Eso no es nada. Debe ser una gripa, a mí me pasó lo mismo. Usted no puede estar deprimido porque lo tiene todo y ya es hora de mejorarse”.

Obviamente, la mejoría de un cuadro clínico no ocurre espontáneamente, y no depende del paciente. La depresión lleva a la persona por un camino oscuro que le impide transmitir la gravedad de lo que le pasa, le merma sus capacidades mentales superiores, lo incapacita para defender sus derechos y lo mantiene humillado en silencio.

Solo cuando se mejora del cuadro depresivo, puede ver con más claridad lo que estaba pasando y describir su experiencia: “Se me quitaron las ganas de todo y me aislé, porque hablar con la gente me atemorizaba”.

“Creía que tenía alguna enfermedad incurable y muchas veces pensé que me iba a morir”.

“No le comenté a nadie lo que estaba sintiendo porque ni siquiera sabía qué decirles”.

“Ahora entiendo que hubiera sido muy conveniente compartir con alguien lo que estaba sintiendo”.

“Nadie parecía entender la gravedad de lo que estaba viviendo, y yo tampoco entendía lo que me pasaba”.

“Continuamente tenía pensamientos poco útiles que me inhabilitaban para socializar o para trabajar con eficiencia”.

“Todo me daba miedo e incluso las cosas más sencillas me costaban un trabajo enorme”.

“Permanentemente, tenía sentimientos de culpa y estaba convencido de que merecía un castigo por algo que había hecho mal”.

“A veces tenía ideas suicidas que no le contaba a nadie, mucho menos a mis seres queridos, pues no quería preocuparlos más”.

“Muchas veces me recomendaron que cambiara de actitud, lo cual me resultaba ofensivo, pero me quedaba callado”.

“Ahora que estoy bien, me siento feliz de haber sido diagnosticado y tratado”.

“Hoy puedo decir que he superado la depresión y quiero manifestar mi agradecimiento a las personas que me convencieron de ir al médico”.

La mejor forma de ayudar a una persona con depresión es entender y aceptar que es una condición médica que le puede dar a cualquiera.

Que se trata de una enfermedad médica real que tiene un tratamiento con indicaciones muy precisas y excelentes resultados.

Que no es hipocondriasis ni falta de voluntad ni debilidad del carácter.

Que, frente a la incapacidad que genera la depresión, lo que el paciente necesita es comprensión, apoyo y afecto de sus allegados.

Y que en vez de exigirle al paciente deprimido que deje de quejarse, que se mejore o que se ponga a hacer algo productivo, lo que la familia puede hacer es aceptar que la depresión tiene muy buen pronóstico, siempre y cuando se la haya diagnosticado con precisión y tratado oportunamente.

Carlos E. Climent es médico de la Universidad del Valle y psiquiatra de la Universidad de Harvard. Durante30 años trabajó en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad del Valle, y durante 20 se desempeñó como miembro del Panel de Expertos en Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud.

Regístrate gratis al boletín de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

AHORA EN Columnistas

Gonzalo Gallo

Columnistas

Oasis