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Después de Miguel

Su asesinato plantea un escenario distinto y quien más perdió fue el petrismo, del que se sospechan muchas cosas.

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Mario Fernando Prado
Mario Fernando Prado. | Foto: El País.

15 de ago de 2025, 02:35 a. m.

Actualizado el 15 de ago de 2025, 02:35 a. m.

Con el asesinato de Miguel Uribe Turbay, magnicidio que se quedará - ya lo verán- sin conocerse los autores intelectuales, tal como sucedió con Álvaro Gómez y Luis Carlos Galán para no citar otros crímenes de Estado que terminaron en la impunidad, el panorama político de nuestro país cambió de la noche a la mañana.

Si Miguel hubiera sobrevivido y hubiese quedado bien, ya estaría elegido con más de 18 millones de votos. Pero su asesinato plantea un escenario distinto y quien más perdió fue el petrismo del que se sospechan muchas cosas, habida cuenta su cercanía por debajo de la mesa con la narcoguerrilla que anda por estos días con el rabo entre las piernas.

O sea que un petrista pura sangre (Gustavo Bolívar, por ejemplo) no tiene chico y le tocará apoyar a un Roy Barreras que no se les arrodillara pues, hábil como es, pescara los votos necesarios en los tantos movimientos en los que ha militado.

Y no es que la izquierda vaya a ir unida ni mucho menos, porque allá las divisiones son bien complicadas y las traiciones que ha cometido Gustavo Petro se las van a cobrar dándole la espalda.

Pero viene ahora poner de acuerdo a la derecha y al centro derecha, amén de los independientes.

Sergio Fajardo punteando en las encuestas y aparentemente sin compromisos con ningún movimiento partidista es una opción a la cual se pueden sumar varios subcandidatos y hasta precandidatos.

Vicky Dávila, por su parte, está firme y se la está jugando toda apoyada por la opinión pública. ¿Y pasa con Claudia López y Germán Vargas Lleras?

Y ni habar de las figuras del Centro Democrático encabezadas por la Cabal, a quien últimamente la hemos visto y oído muy calmada y prudente (¿será por la provechosa influencia de Lafaurie?), la misma Paloma, muy asertiva en sus posiciones y lo que pueda opinar María Claudia Tarazona y hasta su suegro Miguel Uribe Londoño.

Y a propósito de María Claudia, esta figura se ha ganado la admiración y la simpatía de Colombia entera y no sería raro que fuese candidata o a la Presidencia o una fórmula inteligentísima para la Vicepresidencia, donde arrollaría estruendosamente constituyéndose en un fenómeno político sin antecedentes en nuestro país.

Por otra parte, ha empezado a sonar Juan Carlos Pinzón, exministro de Defensa y exembajador en los Estados Unidos, con muy buen recibo en el sector dirigente nacional.

¿Y qué opinarán los ex Pastrana, Gaviria, Santos y Duque porque ellos también juegan y hasta el propio Alcalde de Medellín?

Y nos falta el rey del gallinero, Álvaro Uribe Vélez, el político más influyente de Colombia en los últimos 25 años. ¿Será que el que diga Uribe tendrá las más altas posibilidades de llegar a la Casa de Nariño? Yo, personalmente creo que sí, así esto sea pensar con el deseo.

Sé que faltan otras figuras importantes y hacer la lista nos significaría dos columnas más, pero que sean estas líneas el comienzo de lo que podrá suceder. De todas maneras, sigue vigente la frase ‘Nos unimos o nos hundimos’.

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Posdata. Pronta recuperación le deseamos a Jorge Restrepo Potes, uno de los más antiguos columnistas de este diario, con quien nos separan las preferencias políticas, pero nos une el cine y sus bandas sonoras y la amistad.

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Posdata 2. Yo hablo bien de Cali. ¡Hazlo tú también!

Administrador de Empresas, Abogado y periodista por vocación. Director y fundador de MF Publicidad Mercadeo Limitada, al igual que de los programas Mario Fernando Piano y Oye Cali. Galardonado en dos oportunidades con el premio Simón Bolívar de periodismo. Escribe para El País hace más de 40 años.

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