¿Cuáles derechos?

A los caleños, vallecaucanos y caucanos, que llevamos medio siglo sintiendo en carne propia la pesadilla de las guerras desatadas por organizaciones criminales de todos los talantes, no nos vengan a decir que los grupos armados ilegales, esos mismos que asesinan, secuestran, cometen actos terroristas, se ensañan contra la población civil, matan policías y soldados, y explotan los recursos naturales como les da la gana, tienen “derechos”.

No, señor Otty Patiño, no hay ninguna forma de que usted justifique que integrantes de las disidencias de las Farc salgan a decir públicamente que van a conformar otro nuevo frente, califique el anuncio como una “reorganización interna” y diga que tienen “todo el derecho de hacerla”.

¿De verdad cree que eso corresponde a una intención de agruparse “para tener más responsabilidad o centralizar sus decisiones”? ¿En serio cree que lo que buscan es “reorganizarse” con el fin de hacer respetar entre sus filas las endebles negociaciones de paz que el Gobierno Nacional adelanta con el llamado Estado Mayor de las Farc, al mando de ‘Iván Mordisco’?

Yo no sé si usted es ingenuo, cínico o no ve la realidad como la vemos quienes estamos en medio de la zozobra diaria de la guerra. En Cali casi podemos oír las ráfagas que las disidencias disparan a escasos 15 minutos del casco urbano, en Jamundí, o las explosiones en el norte del Cauca, o el llanto desesperado de las víctimas por los muertos que les dejan las masacres o por el temor por su propia vida.

A menos de una hora de aquí, en las cordilleras Occidental y Central, frentes como el Jaime Martínez o el Dagoberto Ramos secuestran, matan, extorsionan, lanzan cilindros bomba a la población. Son los mismos que volvieron a inundar de coca las zonas rurales, los que custodian a fuego y sangre el corredor por el que sacan la droga hacia el Pacífico, los que encontraron, literalmente, una mina de oro en la explotación ilegal de recursos naturales en los Farallones.

Que no nos vengan a decir que la creación del Bloque Central Comandante Isaías Pardo de las disidencias de las Farc, y que según las autoridades operaría en departamentos como el Valle, Huila, Tolima y Quindío, obedece a un “compromiso” interno con la paz. Ni mucho menos que les asiste el “derecho” a hacerlo.

Coincido con la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, cuando afirma que “los grupos al margen de la ley no tienen derechos, los derechos los tienen los ciudadanos para poder tener seguridad, para poder tener paz”.

Comisionado Patiño, ¿usted nos garantiza a los colombianos, y en particular a quienes vivimos en el suroccidente, que ese bloque guerrillero o cualquier otro que “en derecho”, conformen los grupos armados ilegales, no cometerán crímenes ni actos terroristas ni amedrentarán a la población? Ojalá así sea, porque si no le tocará ser esclavo de las palabras con las que los legitimó.

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Posdata. Cuando estoy escribiendo estas líneas me entero de la intervención de la EPS Sanitas, de la que soy afiliada. Yo no tengo medicina prepagada, la atención de mis enfermedades de base las hace la EPS y lo único que pago extra es el plan complementario que me permite tener acceso directo a ciertos especialistas. Nunca me han dejado de atender ni he tenido dificultades para que me aprueben exámenes o intervenciones; mis medicinas me las entregan siempre y a tiempo, gestiono mis citas a través de su página web o de su call center y me siento satisfecha con los servicios que me prestan y que utilizo con frecuencia.

Por eso, como deben estar preguntándose los 5,7 millones de afiliados a Sanitas, quiero que la Superintendencia de Salud me explique bien y en profundidad las razones de su intervención, y más importante aún que me garantice que seguiré recibiendo la misma atención eficiente y ágil como hasta ahora. Espero, de verdad, que esto no sea una retaliación por el hundimiento inminente de la reforma a la salud del gobierno Petro en el Congreso.