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¡Un círculo vicioso!

A mi modesto entender no veo salida. Se despedaza Colombia y los bloqueos llevan a la quiebra pero los que protestan no aceptan desbloquear hasta que no los escuchen y el Gobierno Central no los escucha ni dialoga sino desbloquean las vías.

17 de mayo de 2021 Por: Aura Lucía Mera

Escuché una vez una frase que se me quedó grabada en el disco duro, “entre más vueltas demos más vueltas damos” y veo con tristeza profunda que eso es lo que está sucediendo. Se sale el país de las manos y no se ve en el horizonte salir el sol.

Los jóvenes que protestan a lo ancho y largo de Colombia tienen razón en muchísimas cosas, cito algunas frases de la columna del domingo pasado en El Espectador de William Ospina: “Los jóvenes son la voz de un país descubriendo su dignidad, reclamando por fin lo que les deben hace ya varios siglos... La patria que todos merecemos, la felicidad que nos robaron, los muertos que se llevaron los ríos, el pan que aquí no partieron sino en unas cuantas mesas.”

“... Adelante los hijos de una edad más orgullosa y más valiente. Ustedes lo merecen todo. No se conformen con migajas y lo que ustedes hacen hoy, reclaman con valentía, luchar con firmeza, hacerse respetar de los poderes vanidosos y muchas veces corruptos, es parte de ese mundo que está naciendo.”

También agarro frases de Héctor Habad Faciolince: “Colombia como país se parece un poco a esas personas que fueron maltratadas en su infancia. No hemos vivido nunca verdaderamente en paz y calma sino siempre con miedo, miedo a los delincuentes comunes, miedo a las guerrillas, miedo a los paramilitares, miedo a los narcos, miedo al Ejercito y a la Policía; vivimos rodeados de miedo y desconfianza”.

A mi modesto entender no veo salida. Se despedaza Colombia y los bloqueos llevan a la quiebra pero los que protestan no aceptan desbloquear hasta que no los escuchen y el Gobierno Central no los escucha ni dialoga sino desbloquean las vías.

Mientras tanto el país entero se deshace, las medicinas tienen que llegar a las clínicas por helicóptero, mientras se mueren pacientes, los campesinos ven podrirse sus productos, las empresas paran su producción por falta de insumos. Colombia está paralizada, el odio aumenta, la polarizacion también y se sigue ese círculo vicioso mortal por que ninguna de las partes quiere ceder y mientras no exista el diálogo, el mirarse en los ojos, escucharse, no hay salida.

Colombia no merece lo que está sucediendo, el odio y la soberbia no son buenos consejeros. No permitamos que “se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores.”

Salgamos de este espiral oscuro y descendente que nos está arrastrando a todos a un abismo sin fondo. Las heridas cada día son más profundas. Colombia nunca será la misma. Tratemos de que algunas cicatricen, que recuperemos la mínima cordura.

La represión no es la solución, el bloqueo no es la solución, el vandalismo no es la solución, la soberbia no es la solución, la rabia no es la solución, el resentimiento no es la solución, el racismo irracional no es la solución. Todos somos hermanos de sangre, de patria. En cada uno de nosotros está la responsabilidad de poner nuestro granito de arena para una reconciliación.

PD: Vergüenza. Todos los partidos políticos han sido inferiores a su responsabilidad. Están cuidando sus cuotas burocráticas, sus puesticos, escondiéndose como el avestruz de manera casi obscena. Y cuando digo todos, digo todos.

Jóvenes tomen las banderas de este país manoseado, robado, manipulado y corrompido por sus mismos mal llamados dirigentes. Ayuden a gestar un nuevo país con los retazos y trizas que están heredando. No la tienen fácil, pero a Colombia se le llegó la hora cero. El “Turning Point” ¡Tienen la palabra! ¡Ni un paso atrás!

PD: Mi apoyo total al sacerdote Francisco de Roux y a Monseñor Darío Monsalve.

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