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Tres libros para Ómicron

Así sea una variante más leve, que no termina en hospitalización ni entubada, y que se pueda tratar aislándose unos días, no le quita el peligro ni el riesgo al contagio.

24 de enero de 2022 Por: Aura Lucía Mera

A cuidarse. A cuidarse. Las noticias diarias de este virus no son falsa alarma. No soy paranoica y hago mi vida normal, pero ver cómo aumentan los contagios en personas de todas las edades y condiciones me pone a reflexionar.

Así sea una variante más leve, que no termina en hospitalización ni entubada, y que se pueda tratar aislándose unos días, no le quita el peligro ni el riesgo al contagio.

Mientras pasa la ola-moco-tos, los invito a leer tres libros imperdibles o a conectarse virtualmente al Hay Festival, en Jericó, Medellín o Cartagena. Una programación espectacular y en diferido.

Ñamérica de Martín Caparros, ese súper escritor argentino. Ya lo había leído, pero escucharlo en el Conversatorio en Jericó fue sumergirse de nuevo entre esas páginas que nos cuentan la historia de este continente ‘hispanohablante’, con excepción de Brasil que no está incluido en su obra, y nos descubre la potencia de este enorme territorio que se origina en México y llega hasta La Patagonia, unido por una misma lengua, sus falencias, sus mitos, sus clichés falsos, su heterogeneidad, la inconmensurable fortaleza del mestizaje.

Caparros no cree en absoluto en ningún ‘pura-sangre’, sus inequidades y sus identidades. Cómo Argentina reconoció pertenecer a Latinoamérica solo en los años 80 a raíz de la guerra de Las Malvinas. Cómo los conquistadores no son los responsables de lo que nos sucede después de más de cuatrocientos años, y va descorriendo ese velo misterioso de los orígenes hasta el presente.

Operación Orión de Pablo Montoya. También lo había leído, pero escucharlo desde Jericó, entrevistado por Karim Garen Maloof, fue un privilegio. Ese libro estremecedor, escrito como una coral griega, mezcla de religión, ética, misticismo, violencia y sangre, para ayudarnos a no olvidar, a no repetir, a conocer, a escarbar la podredumbre de La Escombrera en la Comuna Trece de Medellín y escuchar las voces de los muertos, los anónimos, los sin nombre y sin voz.

Esa violencia que arrasó con Medellín, víctimas del narcotráfico, del ejército de los paramilitares, de las bandas, la mayoría víctimas inocentes, desplazadas, cercadas entre fuerzas dispares y asesinas. La fortaleza de sus mujeres ante esos ejércitos legales e ilegales compuestos por hombres armados. La labor increíble de las Lauritas, las monjas de la Madre Laura que fundaron Villa Laura precisamente para proteger a las víctimas de ese salvajismo demencial. Cómo Operación Orión formará parte de nuestra memoria histórica aunque oficialmente sea un libro de ficción, y será complemento de la Comisión de la Verdad porque logra que los muertos también hablen.

Por último, Magdalena de Wade Davis, editado por Planeta, un libro que alucina y nos cuenta cómo ese río es la aorta de Colombia, su arteria vital, la carretera de la nación. Ese río que no es parte de nuestra cultura, sino la esencia de nuestra cultura, y nos relata la historia, la nuestra, la de este país único en biodiversidad, “donde una mariposa es simplemente una flor que aprendió a volar y por eso tenemos tantas”. A propósito Darío Henao Restrepo, decano de Humanidades de la Universidad del Valle, me contó que ya están en contacto con Davis para recorrer y compartirnos el recorrido de nuestro río, el Cauca, que nace también en el Macizo Colombiano, pequeñito y cristalino, y lleva en sus aguas nuestra historia desde los orígenes hasta que la arroja en el Magdalena y se funde en el mar.

Bienvenido Ómicron. Una oportunidad única para abrir nuestras mentes y corazones a estos libros que nos regalan lo más valioso de la vida: ¡Nuestra historia!

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