¡No más muertos!
Como pregunta el sacerdote Francisco De Roux, ¿quién dio la orden? Yo añado: ¿Quién sigue dando las órdenes? ¿La impunidad, los sicarios y las bandas se tomaron el país?
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25 de jul de 2022, 11:40 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:51 p. m.
¡Que caiga Sansón con todos los filisteos! Esta situación de violencia: asesinatos de policías, en una semana ya van 28 ataques contra la Fuerza Pública; empujan a un joven en pleno Bulevar al río Cali; sicarios asesinan a un discapacitado en silla de ruedas con tres tiros en la cabeza; siguen matando líderes sociales; están ofreciendo dos millones de pesos por policía muerto. La sangre sigue aumentando y las morgues recibiendo cadáveres, siguen las violaciones de mujeres, un taxista se masturba delante de la pasajera.
La JEP en estos momentos recibe testimonios sobre los falsos positivos entre 2005 y 2012, perpetrados por el Ejército de la Brigada XVI en Casanare cuando estaba al mando del mayor(r) Henry William Torres, y asesinaron 300 personas, de entre 18 y 24 años de edad, haciéndolos pasar por guerrilleros, sacándolos de sus casas con mentiras y ofrecimientos de empleo, además de asesinar civiles con diversidad de género, mujeres y hombres.
Esto no puede seguir así. Punto. Colombia es un país de enfermos mentales, leo que por cada 200 mil habitantes hay seis psicólogos. Somos un país esquizofrénico donde la “vida vale nada y el resto vale menos”. Como pregunta el sacerdote Francisco De Roux, ¿quién dio la orden? Yo añado: ¿Quién sigue dando las órdenes? ¿La impunidad, los sicarios y las bandas se tomaron el país?
Policías, líderes, civiles, todos somos Colombia. Todos tenemos derecho a la vida que es única e irrepetible. Ninguna muerte tiene justificación. Lo sucedido con la patrullera Luisa Fernanda Zuleta y el subteniente Sergio Yepes es inadmisible. Jóvenes, iniciando la vida, con ilusiones y metas truncadas. Igual los líderes sociales que ya son cientos. ¿Estamos condenados al odio, llevamos la señal de Caín en los genes y la sed de sangre en el corazón?
Y llega la cereza del postre, la ultraderecha se rasga las vestiduras porque el futuro presidente Gustavo Petro nombra como ministro de Defensa a Iván Velásquez Gómez, un ser humano probo, honesto, que ha puesto su vida en peligro precisamente por luchar contra la corrupción y por los derechos humanos. Las voces estridentes de Paloma y Gómez chillando desafinadas, hablando de “venganza”, de amenaza, tildándolo de “enemigo acérrimo”, ¿qué temen? Vergüenza debería darles, pero esa palabra no figura en sus léxicos cuasi fascistas.
El futuro ministro, aquel que fue perseguido, espiado, amenazado cuando trabajaba en la Comisión de Apoyo Investigativo de la Sala Penal para investigar precisamente las relaciones entre el Congreso de la República y el paramilitarismo; y, posteriormente miembro de la comisión contra la impunidad en Guatemala como secretario adjunto de la Organización de Naciones Unidas, premio mundial de Derechos Humanos, premio de la Asociación contra la Impunidad, un nombramiento en cualquier país normal del mundo, respondió:
“Un gobierno por la paz no puede generar venganzas ni promover odios, pero tampoco puede proteger impunidades. No puede perseguir pero tampoco encubrir. Así debe ser la magnanimidad del gobernante”.
Bienvenido el nuevo Ministro de Defensa. El Ejército de Colombia merece un hombre de su talante, que sabrá reconocerles a las Fuerzas Armadas su labor, les devolverá la mística y la brújula. Esta institución será lo que alguna vez fue, y recuperará la admiración y el respeto de la sociedad civil.
Felicitaciones Carlos Duque por esas tres mariposas con los colores de Colombia, que serán el símbolo de la unión y reconciliación.
Felicitaciones a ese Congreso que inicia funciones, con representantes de todo el país. Ojalá no se dejen llevar por cantos de sirena y logren esa unión, ese cambio tan esperado que el país merece ¡No más muertos!

Periodista. Directora de Colcultura y autora de dos libros. Escribe para El País desde 1964 no sólo como columnista, también es colaboradora esporádica con reportajes, crónicas.
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