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Lo bueno, lo malo y lo feo

Bueno la cantidad de votos de Francia Márquez. La Francia nuestra. La que maneja el lenguaje de los colombianos.

14 de marzo de 2022 Por: Aura Lucía Mera

A título personal escribo y a título personal recibo los rayos y las centellas.

Lo bueno. Ya se acabó el alboroto, la especulación, ya se marcaron los tarjetones y cada cual votó. Ya las urnas están abiertas y terminamos estos meses de agobio y confusiones. Quedé tranquila. Voté por Duvalier y salió elegido. Ojalá no se deje deslumbrar por el poder, las intrigas y las componendas de esos viejos zorros -ratas que ya calientan asiento hace años y tratarán de torcerlo. Espero que siga fiel a sus principios, tan pilo como lo ha demostrado. Me gusta su triunfo. Una cara nueva y confiable.

Voté por Humberto de la Calle con la absoluta certeza de que tendremos un senador incorruptible, un verdadero estadista, que hubiera sido el mejor presidente de este país sin las divisiones ególatras que permitieron que Duque accediera al poder, acabando hasta con el nido de la perra. Goyeneche que quería pavimentar el río Magdalena hubiera sido mejor gobernante. Menos mal ya estamos en las postrimerías de este horror. Bueno también la cuasi extinción del Centro Democrático, no hay mal que dure cien años. Bueno la cantidad de votos de Francia Márquez. La Francia nuestra. La que maneja el lenguaje de los colombianos.

Lo malo. Vergüenza la Coalición de la Esperanza. Ni fue coalición, ni generó esperanza. El triunfo de Sergio Fajardo fue pírrico, como para buscar escondite a peso. Yo voté por Gaviria y estoy tranquila, tiene futuro. Y la próxima vez tendrá más experiencia y cancha. Hubiera sido un candidato de primera. Los tropezones sirven para levantar los dedos y ya se untó de política y se dio cuenta de que es un ring de boxeo sucio y lleno de trampas. A Fajardo le costará remontarse. Ojalá lo logre porque el resto del panorama no es muy alentador.

Lo feo. Lo de siempre, compra de votos, abstención, demasiados votos nulos. Tarjetones confusos. Buenos candidatos que no llegaron al umbral, y otros horrendos que sí lo lograron. Ya se va despejando el panorama. Ojalá gane la verdadera democracia. Le cedo la palabra a Moisés Naím en su poderoso libro La Revancha de los Poderosos.

“Tenemos que ponernos serios, el hecho de que la democracia haya sobrevivido desde hace tres siglos no garantiza en absoluto que vaya a volver a vencer a sus enemigos. La estructura populista tiene demasiada fuerza para poder ser derrotada en forma permanente. Es como un virus reaparece con nuevos bríos a lo largo de la historia. Pero la retórica es hueca y ese vacío debemos aprovecharlo para ofrecer a la gente una vez más la promesa de la vida democrática...”.

La meta es una Colombia unida y en paz. A leer el libro de Naím para estar enterados de las ollas podridas de la globalización, los autoritarismos y la corrupción. Estamos viviendo Sodoma y Gomorra.

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PD. No pertenezco a ningún partido político. Me identifico con el pensamiento liberal. A secas. Rechazo todo extremo de derecha y de izquierda. Creo en los Derechos Humanos. Rechazo la violencia en todas sus formas. No logro entender que en Colombia nos estemos matando unos a otros durante casi un siglo, o más. Jamás entendí por qué este país rechazó el Acuerdo de Paz y se propuso volverlo trizas. No acepto que en este gobierno se siga asesinando líderes sociales y jóvenes desmovilizados. Repudio el abandono estatal a Buenaventura, Chocó, Guajira, Meta, Putumayo, Arauca y todos los sectores más vulnerables.
Me horroriza la indiferencia gubernamental ante la inequidad y su alcahuetería con la corrupción.

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PD 2. Federico Gutiérrez debería desmarcarse de la extrema derecha que estrangula este país, si aspira a la Presidencia. El apoyo del uribismo no le hace ningún favor. Opinión muy personal.

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