El pacto
Dios quiere hacer un pacto con nosotros, quiere darnos su cuerpo y su sangre, quiere salvarnos, pero solo espera que creamos en él y sellemos ese pacto definitivo aquí en la tierra y que luego lo disfrutemos allá en el cielo.
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13 de mar de 2022, 06:20 a. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:33 p. m.
Escrito por: monseñor Rubén Darío Jaramillo MontoyA, obispo de Buenaventura
Hoy quiero hablar del pacto, del verdadero, el único, el importante: El pacto hecho por Dios con Abraham 1800 años antes de Cristo. Este pacto era de sangre: se partía un animal por la mitad y los que estaban haciendo ese pacto, alianza o acuerdo, pasaban por la mitad y le decía uno al otro; “que me suceda así, si no cumplo este pacto”, y el otro decía lo mismo, y así quedaba sellado ese pacto de manera definitiva.
Dios también ha hecho un pacto con nosotros, pero este pacto tiene una característica especial, solo Él se ha comprometido, solo él ha sido partido en la cruz con sus manos, pies, cabeza y corazón.
También ha hecho pacto con Noé cuando extirpó el mal de la tierra y dejo el arco iris como testimonio de que no volvería haber otro diluvio universal. Con Moisés pasó otro tanto después de salir de Egipto. El pueblo escogido no sería una nación más, sino que se convertiría en el pueblo de Dios. Son alrededor de ocho alianzas las que se conocen en la Biblia de Dios con su pueblo.
En la Eucaristía celebramos una “alianza nueva y eterna” con la sangre de Jesús que se entrega por todos nosotros. Aunque nosotros no hemos cumplido, él si lo hacho y por eso la salvación viene de Dios, no de nosotros, no son nuestros esfuerzos humanos, sino la gracia de Dios que, con su poder redentor, puede transformar nuestra existencia.
Precisamente en la Eucaristía celebramos un misterio: un pan que se convierte en cuerpo y un vino que se convierte en sangre. Este milagro se llama transubstanciación, cambio de substancia, lo que se ve es pan, lo que la fe ve es el cuerpo de Cristo, lo mismo sucede con el vino y la sangre. Pero antes de que sucede el misterio de la cruz, Jesús se 'transfigura' delante de san Pedro, Santiago, y san Juan. Transfigurarse es cambiar la figura de un buen hombre, un profeta, un predicador, en el de la figura del verdadero Dios y Señor de la historia.
Dios quiere hacer un pacto con nosotros, quiere darnos su cuerpo y su sangre, quiere salvarnos, pero solo espera que creamos en él y sellemos ese pacto definitivo aquí en la tierra y que luego lo disfrutemos allá en el cielo.
Mensaje escrito por el Arzobispo de Cali y sus obispos auxiliares para los lectores de El País.
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