Cuidado con el perro bravo
Ahora, ¿qué pasará cuando esas movilizaciones inevitables se salgan de la ruta y se enfoquen contra el mismo gobierno que así triunfó?
Siga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias

8 de sept de 2022, 11:55 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:57 p. m.
No es conveniente jugar con la suerte, es decir, con el propio destino. Tampoco, en tiempos difíciles como los que vivimos, es conveniente olvidarse del denominado Código de Murphy cuando sostiene que: “Por mala que sea una situación siempre será susceptible de empeorarse”.
Digo esto porque también recuerdo y comprendo, como todos los que vivimos en este país, que el presidente Petro - que nunca ocultó quién era ni su ideología-, haya prometido como una panacea máxima un “cambio”, olvidándose de que cambiar en líneas generales es cualquier cosa y de que lo que es más o menos bueno no debe permutarse por lo que puede ser peor o supone asumir un gran riesgo.
Mas es innegable que el afán por darle ejecución a esa y otras promesas, lo hacen propincuo a cometer errores que a la postre pueden ser la maldición de todos. Diría que en el afán del régimen por cumplir su palabra se cometen errores de resultado posterior, como señalar que un campesinado tiene el derecho de ‘heredar’ la tierra que otros han poseído con títulos de legalidad frente a la Constitución y las leyes que nos rigen. Cierto es que el presidente y sus voceros han defendido el estado de derecho y han anunciado la intervención de la fuerza pública en defensa del mismo. Pero los revoltosos están aprovechando para crear alborotos.
Las invasiones de tierras y el apoderamiento de las mismas por parte de los indígenas Nasa del Cauca, quienes lejos de aceptar las palabras de legalidad del gobierno han utilizado con furia y desafiantes la violencia, en una especie de guerra unilateral no obstante las palabras de convivencia civilizada del ejecutivo. Hoy le han anunciado a este que continuarán despojando, porque ellos se creen los depositarios de los derechos a la Pacha Mama, como si en 500 años no hubieran pasado 50 generaciones triétnicas que, con sus esfuerzos y trabajo y acordes con los códigos civilizados, no hubieren adquirido tales tierras, que los indígenas sienten que les pertenecen por mandato de sus antiguas ‘divinidades’ precolombinas.
¿Qué va a pasar? Si el gobierno cede, ellos triunfan e impondrán un régimen de horror. ¡Mala vaina! Pero es que el afán ‘revolucionario’ conduce a esos errores.
La inflación sube y sube mientras baja el poder adquisitivo de los salarios. Por tanto, los alimentos también suben despiadadamente. Y naturalmente, como aumenta el gasto, todo trata de alcanzar un equilibrio subiendo. Hemos llegado a un punto muy alto que, finalmente, genera movilizaciones, o ‘estallidos sociales’.
Solo que esta vez serán contra el gobierno que había practicado las mismas estrategias cuando era oposición. Ahora, ¿qué pasará cuando esas movilizaciones inevitables se salgan de la ruta y se enfoquen contra el mismo gobierno que así triunfó? Esa es la dialéctica. Suben los servicios, sube la comida, y como si fuera poco, el gobierno para cumplir sus promesas, impone una nueva reforma tributaria que en medio de la crisis nadie habrá de resistir. Es realmente una suerte muy dura para una economía altamente castigada, siendo quizás su última desgracia el invierno de brutales derrumbamientos y tragedias, que luego será el verano.
No es mi deseo que se cumplan estas observaciones. Al contrario, las anuncio para que con base en ellas se tomen medidas razonables. Y es preciso, a manera de ejemplo, tomar en cuenta el ritmo de los acontecimientos en esa Chile del alma, cuando los extremos hicieron prevalecer la razón y el equilibrio. El señor Gabriel Boric, con muy buen sentido de la realidad y acogiendo el dictamen del pueblo y la crisis que se vive -que no es mayor a la colombiana- nombra un gabinete de centro-izquierda, entre tanto, abre los compases a un mundo distinto al de los comunistas o sencillamente de los izquierdosos. Tengamos pues, cuidado con el perro, que todos sabemos que es bravo.

ha desempeñado puestos públicos como juez del Circuito, Conjuez del Tribunal de Cali, Secretario de Gobierno de Cali y alcalde encargado, embajador de Colombia en Polonia y en la ONU. Ha sido delegado a varias conferencias internacionales como la OIT en Ginebra
6024455000