Fraternité
¿Seremos capaces de mirar al otro con ojos fraternos y no insultarlo o agredirlo porque tiene una visión distinta?
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11 de ago de 2022, 11:40 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:03 p. m.
Desde 1789, cuando los partidarios de la igualdad se sentaron a la izquierda y los defensores de la libertad a la derecha, la humanidad no cesa de querer clasificarse en uno de los dos bandos. Previendo los enfrentamientos, los franceses agregaron ‘fraternité’ a las otras dos palabritas de la proclama, suponiendo con candor que evitaría el uso del invento del Dr. Guillotine.
Fraternidad es la palabra del momento y hay que esforzarse para que no se quede en tinta. Taparse los oídos ante la patanería que se orquestó en la instalación del Congreso y desconectar las neuronas que nos llevan a percibir contradicción en quien necesita una espada para hablar de paz total.
Pero tal vez lo que más nos puede ayudar es ubicarnos en el espectro ideológico. Se han hecho muchos test, pero creo haber diseñado uno de los más completos, ya que incorpora 20 variables. (Bit.ly/deizquierdaaderecha)
Quienes asumen el largo esfuerzo de hacerlo suelen descubrir que en algunos temas su pensamiento es de derecha, en otros de izquierda y en muchos de centro. Y comienzan a dudar del cuento de las dos Colombias irreconciliables.
Porque la verdad es que, exceptuando unos pocos desquiciados, todos queremos lo mismo: un país justo y próspero en el que “se viva sabroso”.
La diferencia está en cómo lograrlo. Quien cree en la responsabilidad de cada individuo para labrarse su futuro en un ambiente que garantice el libre flujo de bienes y servicios, aceptando las diferencias en las capacidades, clasifica de derecha. Quien piensa que la igualdad es el valor supremo y el Estado está para garantizarla, va quedando a la izquierda.
El liberal entiende la propiedad como una condición de la libertad y sabe que el mercado no es sino un mecanismo de solidaridad espontánea para ofrecer los productos y servicios que se requieren. Cree que ese es el mejor camino para que una comunidad progrese, y reduzca la pobreza. No simplifica las causas de lo malo y confía en que el ser humano libre, reacciona ante la realidad y la mejora gradualmente.
Quien se ubica en la izquierda cree en el Estado omnipotente con la responsabilidad de corregir entuertos e injusticias. Su prioridad es la equidad y cree que un Estado fuerte, juez y repartidor la puede lograr. Si la realidad contradice su constructo ideológico, la ignora y cree con fe en sus sueños.
El afán teórico de equidad está por encima de la desastrosa implementación de todas las regulaciones e intervenciones que la buscan. Tiene siempre la explicación para la injusticia social: el imperialismo, los grupos financieros, las familias poderosas.
No admite que las restricciones a la libertad son las que terminan empeorando la inequidad. Así que no le sirve ningún dato. Si vive en una democracia próspera y libre, resaltará todo lo negativo y si vive en una tiranía socialista empobrecida, se apegará a su fe en un futuro mejor, y pedirá persecución y castigo para los agentes del mal.
¿Seremos capaces de mirar al otro con ojos fraternos y no insultarlo o agredirlo porque tiene una visión distinta? Ojalá no nos quedemos proclamando deseos desconectados de la realidad, y que la fraternidad nos ayude a encontrar el equilibrio entre igualdad y libertad.

Directora de El País, estudió comunicación social y periodismo en la Pontificia Universidad Javeriana. Está vinculada al diario EL País desde 1992 primero como periodista política, luego como editora internacional y durante cerca de 20 años como editora de Opinión. Desde agosto de 2023 es la directora de El País.
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