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Militares ucranianos junto a un tanque del ejército ruso en la ciudad nororiental de Trostianets, el 29 de marzo de 2022. Ucrania dijo el 26 de marzo de 2022 que sus fuerzas habían recuperado la ciudad de Trostianets, cerca de la frontera con Rusia, una de las primeras ciudades en caer bajo el control de Moscú en su invasión de un mes. | Foto: FADEL SENNA / AFP

ESTADOS UNIDOS

Rusia promete desescalada en Ucrania, pero Occidente llama a no bajar la guardia

Rusia se comprometió este martes a una desescalada en torno a Kiev y otra ciudad de Ucrania, que vio señales "positivas" en la última reunión de negociación.

29 de marzo de 2022 Por: Agencia AFP

Rusia se comprometió este martes a una desescalada en torno a Kiev y otra ciudad de Ucrania, que vio señales "positivas" en la última reunión de negociación, pero las potencias occidentales llamaron a no bajar la guardia hasta verificar que Moscú cumple con su palabra.

El anuncio ruso fue hecho tras una reunión de los negociadores en Estambul, con el fin de buscar una salida a un conflicto que se inició con la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero y ha dejado ya miles de muertos y millones de desplazados.

El ministro ruso de Defensa, Alexánder Fomín, afirmó en Moscú que "las negociaciones sobre un acuerdo de neutralidad y el estatuto no nuclear de Ucrania entran en una dimensión práctica" y que Rusia decidió reducir de manera "radical" su actividad militar en torno a Kiev, la capital del país, y Chernígov (norte).

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, afirmó que vio señales "positivas" en las negociaciones de Estambul, pero aseguró que su país no reducirá sus "esfuerzos de defensa" ante la invasión rusa.

El Estado Mayor ucraniano advirtió en un comunicado el martes por la noche que "la llamada 'retirada de tropas' es probablemente una rotación de unidades individuales que busca confundir al comando militar" de Kiev.

Lea aquí: Ucrania advierte de la "catastrófica" situación de Mariúpol antes de las negociaciones

Escepticismo occidental

Los anuncios rusos fueron recibidos con escepticismo y recelo por las potencias occidentales, que tras la invasión impusieron un arsenal de sanciones económicas a Rusia. Zelenski les pidió que mantuvieran esta presión "hasta que la guerra haya terminado".

En una conversación telefónica, los jefes de Estado o de gobierno de Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Alemania e Italia urgieron a sus aliados a no bajar la guardia.

Boris Johnson (Reino Unido), Joe Biden (EE.UU.), Emmanuel Macron (Francia), Olaf Scholz (Alemania) y Mario Draghi (Italia) "afirmaron su determinación de continuar elevando los costos para Rusia por sus brutales ataques en Ucrania, así como de continuar brindando a Ucrania asistencia en materia de seguridad para defenderse", indicó un comunicado conjunto de esos países.

"Veremos si [los rusos] cumplen", declaró Biden a periodistas.

El Pentágono indicó que algunos contingentes rusos "parecen estar alejándose de Kiev", sin que eso pueda llamarse "un retroceso o una retirada".

"Creemos que lo que probablemente [los rusos] tienen en mente es un reposicionamiento para priorizar otros lugares", dijo el portavoz del departamento de Defensa de EE.UU.

Las bolsas se mostraron menos escépticas y operaron con importantes  ganancias.

Doce muertos en Mikolaiv

Los combates ya han obligado a más de 10 millones de personas (cerca de un cuarto de la población) a abandonar sus hogares y, según Zelenski, dejaron al menos 20.000 muertos.

Muchas regiones siguieron siendo teatro de bombardeos y combates. El gobierno anunció que doce personas murieron y 33 fueron heridas por un bombardeo ruso contra un edificio gubernamental en Mikolaiv, una ciudad portuaria del sur.

Ucrania afirma haber recuperado territorio en los últimos días, incluida la ciudad de Irpin, en las afueras de Kiev. También ha reanudado las evacuaciones de zonas del sur asediadas por las fuerzas rusas.

Desde el inicio del conflicto, Putin exige la "desmilitarización y desnazificación de Ucrania", así como la imposición de un estatus de neutralidad para el país y el reconocimiento de que el Donbás (una región separatista prorrusa del este de Ucrania) y la península de Crimea (anexada por Rusia en 2014) ya no forman parte de Ucrania.

En respuesta a las sanciones occidentales, Rusia afirmó su determinación de exigir el pago en rublos del gas que libra a la Unión Europea (UE).

Moscú también anunció que iba a expulsar a diez diplomáticos de Estonia, Letonia y Lituania, en represalia a la expulsión de diplomáticos rusos.

Pero la escalada de expulsiones se prosiguió este martes: Bélgica anunció que decidió expulsar a 21 diplomáticos rusos sospechosos de espionaje, Países Bajos a 17, Irlanda a cuatro y República Checa a uno.

Putin condiciona evacuación de Mariúpol

Las fuerzas ucranianas contraatacan en el norte y luchan por mantener el control de la ciudad portuaria de Mariúpol, en el sur.

Las fuerzas rusas han rodeado esa ciudad y la bombardean de manera constante e indiscriminada, dejando atrapadas a unas 160.000 personas con escasa comida, agua y medicinas.

El presidente ruso, Vladimir Putin, subordinó la "solución" de la situación humanitaria en Mariúpol al desarme de los grupos "nacionalistas" ucranianos, durante una conversación telefónica con su par francés, Emmanuel Macron, informó el Kremlin.

Francia, que la semana pasada anunció su intención de organizar junto a Turquía y Grecia una operación humanitaria para evacuar a los civiles, estimó este martes que las condiciones para realizarla "no están reunidas por el momento".

Zelenski dijo que el asedio ruso de Mariúpol constituía un "crimen contra la humanidad, que está ocurriendo en directo ante los ojos del mundo".

La ONU visita instalaciones nucleares

Las potencias occidentales dicen tener pruebas de crímenes de guerra cometidos en Ucrania, investigados por la Corte Penal Internacional.

La fiscal general de Ucrania, Iryna Venediktova, dijo el lunes que había pruebas de que las fuerzas rusas han utilizado bombas de racimo prohibidas en Odesa y Jersón, en el sur.

El conflicto también ha suscitado temores sobre la seguridad nuclear después de que Rusia se apoderara de varias instalaciones, entre ellas la antigua central Chernóbil, donde se produjo el peor desastre nuclear del mundo, en 1986.

El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, visitó el martes Ucrania para hablar de la "seguridad y protección" de las instalaciones nucleares del país.

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