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En los últimos días arreciaron las confrontaciones en las calles venezolanas. | Foto: EFE

VENEZUELA

Los cuatro posibles escenarios que definirían el futuro de Venezuela

Analistas dicen que la única forma de evitar un baño de sangre es logrando que Maduro dimita, sea indultado y salga hacia otro país.

27 de enero de 2019 Por: Redacción de El País

Durante los 69 meses que completó Nicolás Maduro al frente del Gobierno en Venezuela, jamás había vivido una semana tan crítica en el Palacio de Miraflores, como la que recién termina.

No solo ha debido soportar que desde la Asamblea Nacional le instauren un presidente interino que fue reconocido como el verdadero mandatario de los venezolanos por varios países, entre ellos Estados Unidos y Colombia, sino que ha arreciado el cerco económico a su régimen.

Más allá del respaldo ofrecido por China, que realizó en Venezuela inversiones millonarias en petróleo; por Rusia, con cuantiosos negocios en materia militar, y por Turquía, tercer aliado comercial, a Maduro solo lo sostiene en el poder la Fuerza Armada.

Sin embargo, esta semana varios de los cuadros medios rompieron la cadena de mando, hicieron público su inconformismo y lanzaron un campanazo de alerta que dejó en entredicho la lealtad de los militares, mientras la oposición sigue sumando adeptos, incluso, entre los mismos chavistas.

¿Cuáles son los escenarios posibles en Venezuela? ¿Cuál es la alternativa más viable para retornar por la senda democrática? Esto es lo que aseguran los analistas consultados por El País.

Que Maduro siga en el poder

De acuerdo con la situación política, económica y social que atraviesa hoy Venezuela, consideran los expertos que pensar en la permanencia de Nicolás Maduro es una opción remota e inviable, pero es lo que se tiene de momento en la nación bolivariana.

En diálogo con El País, el docente de la Universidad Central de Venezuela Freddy Patiño, aseguró que es a esa continuidad a lo que le va a apostar Maduro. “Pese a las adversidades, el plan del régimen es sostenerse; es tratar de convertirse en la versión moderna de la Cuba de Fidel, pero las condiciones internacionales le son adversas. Los mismos aliados de Maduro saben que con él no hay salida viable a la crisis”.

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A su turno, el analista Oswaldo Ramírez, director de ORC Consultores, especialistas en estrategia, riesgo político e inteligencia, señala que la continuidad de Maduro es temporal. “La pregunta es hasta cuándo tendrá el control de unas Fuerzas Armadas resquebrajadas, más allá de las declaraciones públicas enmarcadas en el mundo de la apariencia de las facciones radicales, que son las mismas que querrán robarle a Maduro el poder de negociación para tener ellos ese salvoconducto para poder generar posiciones de poder”.

La continuidad de Maduro, dicen, llevaría a radicalizar el régimen y la violación de los derechos humanos.

Negociar una dimisión con Maduro

Cuando la mayoría de países del mundo habla de una salida negociada en Venezuela, no están pensando en un diálogo que permita la continuidad de Nicolás Maduro en el poder, sino en la posibilidad de un indulto que le facilite la salida hacia un país como Cuba o Rusia para dar paso a una transición democrática.

Así lo interpretan varios de los analistas consultados, quienes creen que es la única salida pacífica que se vislumbra en el corto plazo.

Ronald Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, aseguró que ese sería el escenario propicio para evitar un baño de sangre. “El presidente encargado para la transición en Venezuela, José Guaidó, ha dejado ver en los últimos días abierta la posibilidad de negociar, con alguna características, un posible indulto para Nicolás Maduro”.

Producto de ello, se debería convocar en el corto plazo a unas elecciones libres en Venezuela. No obstante, con el pasar de los días, creen los analistas que este escenario se hace más complejo porque el costo de la salida de Maduro ha crecido ante la lógica de varios países de llevar al líder del chavismo ante la Corte Penal Internacional para evitar que sus actos queden impunes.

Una intervención extranjera

Aunque algunos sectores de oposición y de la diáspora venezolana apoyarían una intervención militar internacional en su país, que garantice la imposición de la democracia, ese es para los analistas el peor de los escenarios posibles.

“La intervención es la opción menos deseable de todas, pero no por eso debe descartarse. Quizá puedan darse opciones militares de neurocirugía; de espionaje, de compra de lealtades para que otros actores logren deponer a Maduro, pero insisto en que una intervención a gran escala no es opción para varias naciones”, dijo Oswaldo Ramírez.

“También lo veo como uno de los escenarios menos probables, aunque hay gente que cree que lo mejor es tratar de salir de una vez por todas de Maduro, pero creo que esa alternativa no es válida en América Latina. La última vez que se dio una intervención fue en Panamá y eso significó la muerte de más de tres mil personas; y Caracas tiene una serie de particularidades geoestratégicas que la hacen aún más compleja. No es una situación quirúrgica que entran y bombardean o que entran y salen de Venezuela, sino que implicaría una desestabilización mayor, más migración y el país más afectado sería Colombia”, dijo Rodríguez.

Que se escale a una guerra civil

Una confrontación interna de dimensiones inimaginadas podría presentarse en Venezuela de ahondarse la crisis política, social y económica que enfrenta ese país, pero esa confrontación, dicen los expertos, se daría entre los mismos sectores chavistas que son los que tienen las armas.

La realidad, señala Ronald Rodríguez del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, es que la oposición no tiene armas; “quienes tienen las armas son los chavistas y son los colectivos. El peligro realmente es que entre ellos se generen fisuras, que no puedan controlar el poder, que surjan actores que se peleen entre ellos y establezcan una especie de anarquía donde cada cual trate de sobrevivir”.

Se suma a esa preocupación que, sin el monopolio de la fuerza, el gobierno de Maduro alimentó a grupos armados y permitió que varios se establezcan oficialmente en el país, como el caso del ELN en el Arco Minero del Oriente, lo que dificultaría una transición.

Igualmente, nada garantizaría la seguridad de los sectores de oposición al régimen de Maduro y las consecuencias las pagarían países como Colombia, que debería recibir a quienes tengan que huir de Venezuela.

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