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Nicolás Maduro, presidente de Venezuela | Foto: EFE

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¿Logrará la presión internacional que Maduro de un paso atrás?, análisis de lo que viene en Venezuela

Expertos coinciden en que la presión internacional por sí sola no provocará ningún cambio en Venezuela y no descartan que el partido de Gobierno intente desplazarlo, pero manteniendo el control del Estado.

13 de enero de 2019 Por: Juan Francisco Alonso / corresponsal de El País

“El cielo encapotado anuncia tempestad”. La primera frase del Himno de la Federación, canción que se entonó durante la Guerra Federal del Siglo XIX y que el chavismo ha hecho parte de su repertorio, ilustra el panorama que le aguarda a Venezuela, en especial ahora que se consumó un hecho que más de 40 países del mundo trataron de evitar por vías diplomáticas: el segundo mandato de Nicolás Maduro.

Como era previsible, llegó el 10 de enero y el heredero del desaparecido Hugo Chávez se juramentó para otro sexenio, pero no ante la Asamblea Nacional, controlada por la oposición y a la cual no lo reconoce, sino ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que está bajo su égida.

De nada valieron los emplazamientos que durante meses le hicieron el Grupo de Lima, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE) al mandatario para que diera un paso atrás, luego de notificarle que no reconocerían los resultados de las presidenciales del último 20 de mayo, en la cuales Maduro fue reelegido con amplía mayoría, pero en las que sus rivales más importantes estaban encarcelados o inhabilitados para postularse.

Lea también: Oposición en Venezuela buscará declarar a Maduro como "usurpador" de la Presidencia

¿Qué consecuencias tendrá la decisión del Presidente para Venezuela, que el año pasado cerró con una inflación de más de un millón por ciento y que vio salir de sus fronteras a miles de compatriotas? Expertos consultados por El País dan por hecho que la crisis se agravará y con ella la represión.

“La fuente del poder más importante de Maduro son el control que tiene de los organismos de seguridad, por lo que por supuesto que se puede esperar una mayor represión en el corto plazo, debido a que la crisis política y de abastecimiento continuará. El detalle será ver si (Maduro y su entorno) toman medidas contra la hiperinflación, pues se puede vivir con desabastecimiento, lo puedes administrar, pero la hiperinflación no y eso puede generar una ruptura. La represión va a ser la pauta”, afirmó el politólogo Juan Manuel Track.

En similares términos se pronunció el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela, Luis Salamanca, quien agregó: “Habrá más represión porque va a haber más crisis y más hambre y por supuesto más gente molesta y dispuesta a salir a protestar, incluso en forma violenta”.

Entre enero y octubre del 2018 hubo en el país 10.773 manifestaciones, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), organización que precisó que el 89 % de ellas fue en demanda de alimentos, medicinas y servicios públicos. Estos datos superan los números obtenidos por la misma agrupación en los años 2014 y 2017 cuando se produjeron sendas olas de protestas antigubernamentales que mantuvieron al país en vilo durante meses.

Las amenazas que en los últimos días lanzaron tanto Maduro como el presidente de la cuestionada Asamblea Constituyente, Diosdado Cabello, de disolver el Parlamento y procesar por “traición a la patria” a todo aquel que respaldara la decisión tomada por trece de los catorce países del Grupo de Lima de no reconocer el nuevo mandato del chavista dan sustento a estos pronósticos.

Igual, pero no tanto

El director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello, de Caracas, Benigno Alarcón, es igualmente de la tesis de que Maduro seguirá la ruta de la autocratización que comenzó a recorrer nada más llegar al poder en 2013.

“El escenario de continuidad es el más probable”, pronosticó en un reciente artículo, lo que significa que habrá más persecución contra opositores y disidentes.

En la actualidad 278 venezolanos están encarcelados por criticar al Gobierno chavista y más de 7500 tienen procesos judiciales abiertos, de acuerdo con las estadísticas que maneja la organización Foro Penal Venezolano.

No obstante, el experto aclara que también podrían producirse algunos cambios como la reforma de la Constitución, pero sobre todo reajustes dentro del oficialismo para “mantener el control del poder”.

“Este balance entre fuerzas es dinámico, lo que puede implicar cambios de posición en el tablero del poder –unos salen, otros entran–, pero siempre buscando el equilibrio para que los actores con poder fáctico real se mantengan salvaguardando sus intereses. Son movimientos constantes que, en momentos clave, pueden afectar a actores en posiciones estratégicas”.

Horas antes de que se produjera la posesión, los venezolanos fueron sorprendidos con la noticia de la huida a Estados Unidos del magistrado del TSJ y exdiputado chavista Christian Zerpa, quien en sus primeras declaraciones ha lanzado duros ataques contra sus otroras colegas.

¿Hasta el 2025?

Al ser consultados sobre si creen que es posible que Maduro culmine este nuevo período, en especial tomando en cuenta que las encuestas señalan que su aprobación no supera el 20 % y que buena parte del mundo occidental no lo reconoce, los expertos ofrecieron distintos pronósticos.

“La probabilidad de que el sexenio de Maduro culmine felizmente en 2025 no parece muy alta, si bien contra todo pronóstico logró terminar el primero, pues lo cierto es que la crisis económica y social es difícil que pueda mantenerse y por ello no habría que descartar que dentro del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), que ya tiene controladas todas las estructuras de poder, intenten desplazarlo, pero manteniendo el control del aparato del Estado”, apuntó Track.

Agregó que “si no hay un cambio económico siguiendo los consejos de China, que lo veo poco probable, no es descartable que haya un desplazamiento del poder, pero desde lo interno del chavismo, sin que implique una transición democrática”.

Por su parte, Salamanca se mostró más cauto, pues aunque reconoció que la crisis es una amenaza a la estabilidad, recordó que el Gobernante venezolano parte con dos grandes ventajas.

De la primera, dice que es “la estructura de poder que le dejó Chávez, la cual incluye militares comprometidos y poderes públicos controlados. Fue el CNE el que impidió que en 2016 se celebrara el referendo para revocar a Maduro y el que el año pasado organizó la farsa de su reelección; y el TSJ fue el que neutralizó a la Asamblea Nacional y los militares han reprimido toda protesta que sea peligrosa. Mientras esta estructura no se resquebraje él estará en Miraflores”.

Y con respecto a la segunda, considera que “la oposición está muy débil, debido a su fragmentación”.

En lo que sí coincidieron los expertos es en que la presión internacional por sí sola no provocará ningún cambio. “Maduro ha seguido la estrategia que comenzó Chávez de acercarse a regímenes más parecidos al suyo. Su dependencia frente al mundo democrático occidental es cada vez menor (…) la presión internacional poco puede afectar su estabilidad en el poder sino viene acompañada por una presión interna y esa presión interna no existe”, dijo Track.

Salamanca, entre tanto, agregó: “El orden internacional es el principal enemigo del Gobierno venezolano y es el que más ha estado haciendo, pero este no juega en el orden interno, por lo que mientras la estructura de poder siga, Maduro seguirá. Hay que ofrecer incentivos para que se produzcan divisiones”.

Así las cosas, el desarrollo de los acontecimientos señalará sí solo eran unas nubes o si en verdad una tormenta se acerca a Venezuela.

Oposición busca desalojar al Presidente

La oposición venezolana adelantó que intentará, de nuevo, desalojar del poder a Nicolás Maduro declarando que usurpa la Presidencia y que, por tanto, el Ejecutivo debe residir en la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), la única instancia que controla el antichavismo.

El jefe de este cuerpo, Juan Guaidó, lideró el viernes un cabildo abierto a las puertas de la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Caracas y señaló que la Cámara asumirá “las competencias de la encargaduría de una Presidencia de la República”.

Con todo, y pese a los numerosos llamamientos, Guaidó no dijo de forma abierta que asume las competencias de la Presidencia y advirtió que el mero decreto del Parlamento no será suficiente para arrebatar el poder a Maduro.

La oposición ya intentó desalojar a Maduro con un referendo revocatorio, consagrado en la Constitución, y al señalar desde el propio Parlamento que el Mandatario había dejado vacío el cargo.

Esta última tentativa no encontró ejecutores, y justamente eso advirtió Guaidó al pedir la ayuda de los militares, el pueblo y la comunidad internacional para provocar una “transición” en el país caribeño.

“Debe ser el pueblo de Venezuela, las Fuerzas Armadas, la comunidad internacional (lo) que nos lleve a asumir claramente el mandato que no vamos a escurrir, que vamos a ejercer”, dijo el diputado ante un millar de personas que se concentraron en el este de Caracas para denunciar la “ilegitimidad” de Maduro.

El discurso de Guaidó tuvo reiterados llamamientos a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) para que respalde las acciones del Parlamento, un órgano declarado en desacato por el Supremo en 2016, pocas semanas después de que la oposición ganara la mayoría de los escaños.

“A esa familia militar que quiere cambio, que quiere lo mismo que nosotros, le hacemos un nuevo llamado, aquí está la legítima Asamblea Nacional que claro que asume su responsabilidad y la va a asumir”, dijo a la institución castrense, que el jueves juró lealtad a Maduro dos horas después de su toma de posesión.

Guaidó convocó “a todo el pueblo a la calle” a participar el 23 de enero -fecha en la que se conmemora la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez- “a una gran movilización en todos los rincones de Venezuela”.

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